La Peña Montañeros Gistredo cumple 50 años coronando los picos de León

Peña de Montañeros Gistredo de Bembibre.

E. Alba

Este sábado, 10 de octubre, se cumplen exactamente cincuenta años de la fundación de la Peña de Montañeros Gistredo de Bembibre. La más longeva en activo de las agrupaciones en la provincia de León, “y posiblemente la que más socios tiene también”, dice orgulloso uno de sus fundadores Eloy Gundín. Junto a él, José Antonio Gómez, “un muy buen amigo que murió en la mina”, Ivo García que sigue en activo, Elia Merayo como representante de las mujeres, José Manuel Gago, “también fallecido”, Agustín Cuervo y Jaime Frades firmaron el acta de la primera junta directiva.

“Cuando nacimos no había nadie en toda la provincia de León que vendiera equipamiento de montaña. ¡Había que pedirlo todo fuera!”, recuerda Eloy. Tampoco la sociedad en ese momento entendía qué sacaban de subir a la montaña. “Nos preguntaban cuánto nos pagaban. Algunos nos creían aventureros, otros locos”. Su equipamiento: ropas de ante, lana y pana, para protegerse de la maleza y las inclemencias meteorológicas, y una cantimplora de metal para apagar la sed, “sin más mapa que la lontananza”.

La falta de medios se extendía también a los transportes para llegar hasta la falda de la cumbre que se disponían a coronar en cada expedición. “Primero íbamos andando, usamos mucho también el Ponfeblino, el tren minero que iba de Ponferrada a Villablino, y luego ya empezamos a usar los autobuses y alguno, incluso, se compró un coche”.

Los primeros picos fueron bercianos. Luego se atrevieron con Peña Ubiña, “que ya es alta montaña”, y después Picos de Europa. “Pero la montaña ha cambiado mucho, sobre todo en los últimos 20 años. Ahora es problemática. Subir montañas en fin de semana con la cantidad de gente que hay... Hay que tener cuidado porque muchos de los accidentes tienen que ver con la afluencia de personas”, lamenta. Eso y que los montañeros tampoco son como ellos. “La gente sube en playeros, el 80% sin ninguna preparación, sin conocimiento de dónde se meten. ¡La montaña es una romería! Muchos se ponen en peligro ellos y a quienes se ven obligados a rescatarlos”. Atreverse con la montaña sin preparación es “arriegarse a quedarte allí un día o a que te pase algo”.

Hace falta técnica en el deporte de montaña, medios y práctica. “A mí me gustaba más enseñar a los jóvenes que subían conmigo que subir yo mismo. Me llamaban 'el pastor de la montaña'”, y Eloy mantiene esa labor desde los talleres y actividades de la asociación para formar a las nuevas generaciones.

Así, de los 100 socios que iniciaron la andadura en la asociación por “amor, respeto y cuidado a la naturaleza”, han pasado en este medio siglo a sobrepasar los 800. “Valga esta fecha para felicitar a todos ellos”, dice su actual presidente, Eduardo González. Las celebraciones podrán hacerse en grupos pequeños de no más de 10 montañeros, porque la Semana de la Montaña que la asociación venía celebrando de manera anual y las actividades por el 50 aniversario han sido suspendidas por la pandemia de coronavirus Covid-19. “Sería una imprudencia, con la situación que tenemos”. No obstante, todos los que ostentaron el título de presidente de la agrupación, los propios Eloy (fundador) y Eduardo (el actual), junto a Gerardo de la Mata, Emilio Arroyo y Ángel Ferrero se reunirán para brindar, y nunca mejor dicho, por el camino recorrido este tiempo y el que les queda por delante.

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