León, la provincia más difícil, única sin parque comarcales de bomberos

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C.J. DOMÍNGUEZ

Terminado 2013, la práctica totalidad de las provincias de Castilla y León hacen balance de la actuación desde sus parques comarcales de bomberos y sacan pecho sobre los excelentes resultados, evitando cuantiosos daños y pérdida de vidas humanas con sus intervenciones de emergencia.

Una situación que contrasta enormemente con León, la provincia más extensa de la Comunidad y orográficamente la más compleja, con poblaciones a una hora y media de distancia de los parques de la capital y Ponferrada, únicos existentes. La provincia donde no sólo hay ningún parque comarcal sino tampoco ninguna previsión ni de la Junta ni de la Diputación para hacer realidad sus respectivos compromisos en sus propias leyes.

El consejero de Fomento de la Junta, el leonés Antonio Silván, fue tajante en el último Pleno de las Cortes a preguntas socialistas: «Los servicios de prevención de incendios están garantizados en León y en toda Castilla y León por las infraestructuras, los medios materiales y los personales», por lo que no hay previsión de nuevos esfuerzos en este sentido, porque “los incendios están cubiertos por 80 parques de bomberos en la Comunidad y los 1.325 bomberos y voluntarios operativos”, según sus palabras.

De los 80 parques de bomberos en Castilla y León sólo 2 están en la provincia, la segunda más poblada

Lo que no mencionó el consejero leonés es que de esos 80 parques, sólo 2 están en León: el de la capital y el de Ponferrada. Ni siquiera existe uno en San Andrés del Rabanedo, donde la Ley de Protección Ciudadana de la propia Junta obliga a disponer de esta infraestructura por tener más de 20.000 habitantes. Ni hablar del resto de la provincia, donde se suceden todas las semanas todo tipo de siniestros.

Soria: 10 parques para 94.000 habitantes

La Diputación de Soria sacaba pecho hace días sobre las 317 salidas que contabilizaron sus 6 parques de bomberos principales (5 comarcales más el de la capital) y los otros 4 parques secundarios, llamados “de acción inmediata”. En total, suman 150 bomberos entre profesionales, voluntarios y técnicos. O sea, 10 parques para 94.000 habitantes.

Pero el caso de Soria no es el único que no soporta la comparación con la provincia leonesa. En semejanza poblacional, Valladolid dispone de 5 parques, contando el de la capital pucelana; la vecina provincia de Palencia, tan parecida en paisajes y accidentes geográficos a León, aunque con 330.000 habitantes menos, dispone nada menos que de 11 parques de bomberos; y Salamanca, con 150.000 personas menos en la provincia, cuenta con 14 parques atendidos por 40 bomberos profesionales.

Toda la red de extinción en todas las provincias depende de la Diputación, aunque para personal, parques, vehículos y hasta cursos y formación el dinero ha surgido en gran medida de la Junta de Castilla y León. Y la crisis y los recortes presupuestarios no parecen ser el problema. Uno de los últimos parques de bomberos construidos nuevos en la Comunidad fue el de Ciudad Rodrigo (Salamanca), hace apenas 13 meses. Costó 554.000 euros, de los que la Junta puso 150.000 euros, la Diputación 350.000 euros y la Mancomunidad 50.000 euros más.

Sí hubo dinero para Benavente

La provincia de Soria cuenta con 10 parques de bomberos para 94.000 habitantes

Pero no mucho tiempo atrás, el propio Silván no dudaba en defender las inversiones en este tipo de infraestructura. En septiembre de 2011 acudía a Benavente, que linda con la provincia de León, para inaugurar un parque comarcal de 525.000 euros en el que la Junta había invertido casi la mitad. El consejero leonés reconocía los “momentos de dificultad económica”, pero defendía el nuevo parque por tener “el denominador común de la colaboración, la coordinación y la suma de esfuerzos, inversiones, recursos y voluntades”. Entonces, Benavente era “ejemplo de lo que debemos seguir haciendo porque es nuestra responsabilidad atender a los ciudadanos, sobre todo en servicios básicos”, defendió tras cortar la cinta.

Pero en honor a la verdad, hay que reconocer que si bien la Junta siempre ha llevado el grueso de la inversión para abrir parques o comprar camiones autombomba, también todas las diputaciones han puesto sus aportaciones. La media dicta que las diputaciones pagaban entre el 15 y el 30% de la inversión y los ayuntamientos o mancomunidades del lugar donde se ejecutaban no más de un 10%, por término general.

14 años de planes incumplidos

Y lo que sí es habitual es que la red de parques, personal incluido, no sólo dependa de la Diputación sino que estén bajo el paraguas del Plan Provincial de Protección Civil. Pero en el caso de León, ese plan data de 2001 (hace 13 años ya) y jamás se ha desarrollado ni activado por ningún incendio. Ese plan leonés, que la Junta validó en 2004 (hace 10 años), establecía un primer parque en la zona de Astorga-La Bañeza, por ser consideradas las comarcas más necesitadas de este servicio de emergencia, como por otra parte los últimos siniestros han venido demostrando.

El diputado provincial socialista Joaquín Llamas, que lleva más de una década reclamando que la Diputación y la Junta cumplan como en el resto de la Comunidad, recabando incluso con gran éxito el apoyo claro del Procurador del Común, considera que “este panorama es demencial, aquí nadie hace nada y nadie se lo explica a cada familia que lo pierde todo un día sí y otro también”. Y sin ánimo de ser tremendista recuerda que el boom de los parques próximos de bomberos en muchas provincias españolas se dio en 2008, a raíz del tremendo suceso ocurrido en Écija, un incendio en el que murieron seis personas y provocó casi una revuelta social contra el Ayuntamiento y los bomberos.

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