El caso del cargo de Vox condenado por quebrar Marmolería Leonesa evidencia descontrol en las declaraciones de bienes

Congreso de los Diputados.

El caso del vicepresidente de asuntos económicos de Vox y diputado por Salamanca, Víctor González Coello de Portugal, que mantuvo cargos activos en empresas pese a estar inhabilitado para “administrar bienes ajenos” y “representar o administrar a cualquier empresa” por el Tribunal Supremo tras quebrar Marmolería Leonesa, ha dejado en evidencia el descontrol sobre las declaraciones de bienes y actividades de los parlamentarios diez años después de que su presentación fuese declarada obligatoria por la Cámara Baja. El caso es que muchos de ellos se limitan a cubrir un cuestionario que no pasa por el filtro de ningún organismo que pueda determinar la veracidad de esos datos, según informa Iñigo Aduriz en elDiario.es.

Pese a que los servicios del Congreso de los Diputados y el Senado ofrecen a los parlamentarios un impreso para rellenar con datos como sus salarios, rentas y propiedades, lo cierto es que no hay un criterio establecido para cubrir ese formulario. Así las cosas, los cargos públicos no tienen por ello la obligación de especificar detalles como sobre viviendas, locales comerciales o fincas, así como de otros bienes particulares.

Tras revelarse casos de irregularidades como el destapado por elDiario.es con respecto al vicepresidente de Vox, no ha habido ninguna consecuencia para los parlamentarios, que se han limitado a variar su declaración de bienes y actividades original ante la Comisión del Estatuto del Diputado. Así sucedió con Víctor González Coello de Portugal, que pasó en apenas 15 días de 'director' a 'asesor externo' de la empresa Energreen Capital, SL, según consta en sus declaraciones de actividades del Congreso de los Diputados.

El político de Vox no ha cumplido su sentencia de inhabilitación para la administración de bienes ajenos, a la que fue condenado en firme en 2018 por la quiebra de la empresa Marmolería Leonesa, que provocó casi un centenar de despidos y la desaparición de una histórica firma del sector. Coello de Portugal debería haber cesado como administrador de todas sus sociedades desde enero de 2018 hasta enero del 2021, sin que en los registros públicos conste que lo haya hecho.

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