Zapatero defiende su apoyo a Martín Villa: “Nunca nadie me trasladó que hubiera tenido un comportamiento represivo”

José Luis Rodríguez Zapatero (izquierda) y Rodolfo Martín Villa, en una imagen de archivo. / Miriam Chacón / ICAL

Olga Rodríguez / eldiario.es

El exministro de la Transición Rodolfo Martín Villa ha enviado a la jueza argentina Servini cartas de apoyo de diferentes personalidades políticas y económicas ante su declaración este jueves por “delitos de homicidio agravado” en un contexto de crímenes de lesa humanidad por sucesos como los de los Sanfermines de 1978 o la masacre de Vitoria el 3 de marzo de 1976. Entre estas misivas está la de José Luis Rodríguez Zapatero. El expresidente del Gobierno explica en conversación telefónica con elDiario.es por qué ha mostrado su apoyo a Martín Villa.

- ¿Qué le lleva a escribir esta carta de apoyo a Rodolfo Martín Villa?

- Conozco a Martín Villa desde siempre, como leonés que soy. Yo era un joven militante de las Juventudes Socialistas, y pude tener esa vivencia de su comportamiento a favor de los que defendían la democracia. Era una época en la que actuaban los ultras, Fuerza Nueva, y Martín Villa siempre tuvo una respuesta positiva cuando recibíamos agresiones de los ultras. Y he de decir que posteriormente, ya con responsabilidades políticas, nunca nadie me trasladó que él hubiera tenido un comportamiento represivo. Mi posición ha sido autónoma, individual, no he hablado con ningún otro de los que lo han respaldado. Sé obviamente que él viene del tardofranquismo y sus posiciones. Él me pidió ese apoyo y decidí dárselo. Es mi vivencia con respecto a Martín Villa.

- Los querellantes lamentan que ustedes resalten la figura de Martín Villa como “hacedor de consensos” para eximirle de los cargos que se le imputan en relación a 12 homicidios en el contexto de crímenes de lesa humanidad

- La Transición fue positiva, no perfecta. En ella operaron muchas personas que contribuyeron a que hubiera democracia, al diseño de las autonomías, y uno de ellos fue Martín Villa. Digo esto y es justo reconocérselo, y eso que tuve confrontaciones con él. Aquí entra en juego lo que representa el paso del tiempo. Jurídicamente es un tema que regula la Ley de amnistía. Cuando aprobamos la Ley de Memoria se incluyó el reconocimiento de personas desaparecidas en fosas comunes y la desaparición de símbolos de la dictadura. Es inequívoco que una de las facetas de mi tarea pública es dar dignidad a quienes sufrieron la dictadura. Y soy partidario del reencuentro, de la paz.

La Transición fue positiva, no perfecta. En ella operaron muchas personas que contribuyeron a que hubiera democracia, al diseño de las autonomías, y uno de ellos fue Martín Villa

- ¿No considera necesario entonces que se investiguen y juzguen los hechos que se le imputan a Martín Villa, como la masacre de Vitoria?

- Son hechos que en algunos casos fueron juzgados, quizá no teniendo en cuenta que la Transición fue un éxito pero no perfecta. Quizá algunos no fueron depurados adecuadamente. Insisto en que mi experiencia es solo sobre la figura de Martín Villa, no tanto de cómo se hizo la Transición. Mi pensamiento lo dejé plasmado en la propia Ley de Memoria, que amplía el reconocimiento de las víctimas de la Transición hasta la Constitución. Mi trayectoria siempre ha sido por la reconciliación y la convivencia, sin dejar de reconocer los derechos humanos violados, pero por la reconciliación. He profundizado en torno a la memoria y pienso que hay un factor generacional. Cuando se critica que el miedo al pasado pesó, claro que fue así, sin duda, y no me parece un rasgo de falta de inteligencia colectiva. Pero entiendo que los más jóvenes cuestionen y critiquen. Ahora bien, sin haberlo vivido no es posible un juicio objetivo.

No veo a los de la UCD como represores, quizá hubo algún caso aislado, pero no hubo una política de Estado de represión criminal

- Pero las víctimas personadas en la querella lo vivieron

- Claro, cuando uno es víctima defiende todo con todo y lo entiendo. Martín Villa era el ministro, vale, de acuerdo, pero hay que objetivar, en aquel momento alguien como Suárez y como él operaban por la democracia, había que ver cómo era la policía franquista. No veo a los de la UCD como represores, quizá hubo algún caso aislado, pero no hubo una política de Estado de represión criminal.

- ¿Hay que renunciar a la investigación y justicia entonces en torno a esos crímenes?

- Me parece bien que las nuevas generaciones interroguen, quieran reparar daños, aunque jurídicamente hay límites con las leyes de la Transición. Insisto en la cuestión generacional. Hasta el año 2000 no había ninguna iniciativa parlamentaria en torno a la memoria. Son los nietos en gran medida los que lo impulsan. Es un factor generacional. En cuanto a un proceso, esto es más difícil, y eso no tiene que ver con Martín Villa, que siempre se ha ofrecido a declarar, está dispuesto a dar todas las explicaciones. El ordenamiento jurídico permite asumir muchos cambios pero ciertamente no veo cauces fáciles. La comparación con otras salidas de otras dictaduras hay que hacerla teniendo en cuenta que pueden ser dictaduras de otra tipología y de otro tiempo transcurrido, es más factible cuando ha pasado poco tiempo.

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