Beatriz Berrocal: “No sé qué hubiésemos hecho sin música, cine, televisión y libros durante el confinamiento”

Beatriz Berrocal.

Manuel Cuenya

Narradora y poeta, Beatriz Berrocal es autora, entre otros varios libros, de 'La culpa' (Platero Ediciones, 2020), una novela cuya acción se sitúa en época de crisis económica, adentrándose en la corrupción, en la farsa política, así como en la necesidad de mantener la apariencia de una vida feliz cuando la realidad es bien diferente, temas ciertamente interesantes, que tanto nos conciernen, resultándonos de rabiosa actualidad. No obstante, su creadora asegura que lo que más le entusiasma de su novela es la determinación de su protagonista en aras de modificar su vida, “para tomar una decisión que le costará un precio muy caro pero que considera que ha llegado el momento de tomar venciendo por fin esa 'culpa' que siempre le ha acompañado”. La culpa, la culpa judeocristiana, también es algo que nos atenaza y nos paraliza, incluso nos causa daño.

“De esta novela destaco la forma en la que está narrada, ya que son los personajes los que van contando su visión de los hechos al lector de modo que este puede tener más de una opinión de la misma circunstancia”, añade Beatriz, que en estos momentos está con la promoción de la misma a través de las redes, de lo virtual, lo que resulta más frío que hacerla de un modo presencial, según ella, que ha vivido en primera persona toda esta pandemia, porque es enfermera.

Cuenta que, con la enfermería, ha aprendido a escuchar, dándose cuenta de que en la sociedad actual hay una gran necesidad de ser escuchados, de que nos hagan caso, de sentir que se nos comprende. “No digo que eso baste para solucionar un problema de salud, pero es una parte imprescindible. Le doy mucha importancia a sanar no solo el cuerpo, sino también el alma, por llamarlo de alguna forma”, afirma Beatriz, que aboga por la empatía, por la identificación con el Otro. Algo que tanto necesitamos, sobre todo en nuestra sociedad occidental individualista, egocéntrica. En este sentido, cree que la lectura y la escritura ayudan a mantener nuestro interior en buen estado de salud, a conservarnos activos, vivos, lo que nos permite crear constantemente. Por tanto, la autora de 'El refugio de los versos' (Editorial Algar, 2019) concibe la escritura como un bien que se hace a sí misma. Y, si además puede contribuir a que otros sientan lo mismo, que se entretengan con sus historias, que pasen un rato diferente, que rían o que lloren, que paseen por sus letras y disfruten de lo que ha escrito, entonces eso la colma de felicidad, porque el bien que se hace a sí misma, compartiendo su escritura, se multiplica, lo que le da un sentido pleno a la misma.

Respecto a la pandemia, considera que está siendo una experiencia que jamás habíamos vivido, “que estudiarán nuestros nietos y bisnietos en sus libros de historia”. En cualquier caso, está convencida de que no saldremos de esta situación siendo mejores personas, “saldremos siendo los mismos porque nuestra memoria es frágil y se nos olvida enseguida lo que hemos pasado”.

Si todo va bien, saldrán tres textos en formato de audiolibro que se sumarán a los tres infantiles que ya salieron el pasado verano en la plataforma Sonolibro. Esta modalidad es nueva para mí, hasta el año de 2020 nunca había publicado de esta manera y me ha encantado, así que, repito, y esta vez, además de textos infantiles, también saldrá una novela juvenil

Le apena que se haya muerto tanta gente, que otra mucha tenga problemas de salud o de trabajo, gente que ha pasado miedo o soledad, que no sabe qué es peor... Siente que todos somos, en mayor o menor medida, sospechosos de contagiar a otros. Sin embargo, desea quedarse con algo positivo de este año. Y es que para ella ha sido literariamente fructífero, llegando a firmar contratos con unas cuantas editoriales tanto españolas como mexicanas, con lo cual está contenta porque, aunque todo va mucho más lento de lo normal por la pandemia, poco a poco van saliendo adelante sus proyectos.

“Si todo va bien, saldrán tres textos en formato de audiolibro que se sumarán a los tres infantiles que ya salieron el pasado verano en la plataforma Sonolibro. Esta modalidad es nueva para mí, hasta el año de 2020 nunca había publicado de esta manera y me ha encantado, así que, repito, y esta vez, además de textos infantiles, también saldrá una novela juvenil”, explica Beatriz, que a lo largo de esta pandemia se ha dado cuenta de la importancia de la cultura.

La importancia de la cultura en la vida

“No sé qué hubiésemos hecho sin música, cine, televisión y libros”, se plantea esta poeta, que a priori no se había planteado escribir poesía porque le parecía complicado. “Pero un día, la poesía me encontró. No la busqué ni traté de escribirla, pero dio conmigo y nos quedamos juntas para siempre”, precisa esta creadora de poesía infantil, en la que busca deliberadamente la rima porque, en su opinión, para los niños y niñas es importante el ritmo, la sonoridad, la musicalidad del verso. En cambio, cuando escribe para adultos, aunque también emplea la rima, dice sentirse más cómoda en la prosa poética.

“Lo que más me gusta es combinar ambos géneros: incluir en las novelas varios poemas escritos por alguno de los personajes que las protagonizan. Así lo hice en 'Cosa mía', y he vuelto a hacerlo en el próximo texto que saldrá próximamente”, detalla ella, para quien la escritura es una parte importantísima de su vida, una ilusión y una forma de expresarse, tanto cuando escribe para adultos como cuando escribe para jóvenes o niños, lo cual da mucho juego. Y lo mismo le ocurre tanto si escribe narrativa como poesía, porque en ambas vuelca fuera lo que sucede entre el corazón y la mente. Aun sin tener consciencia de ello, ya empezaba a ser escritora cuando disfrutaba con la lectura siendo una chiquilla, porque siempre le gustó contar historias. Y en su clase le decían que era la que mejor contaba las películas.

“Tenía 16 o 17 años y a mí me dejaban ver una serie que ponían en televisión, pero a otras compañeras no (algo impensable hoy, que ven lo que quieren y cuando quieren sin necesidad de permisos a esa edad), bueno, pues yo llegaba al instituto y les contaba a mis compañeras el capítulo de la noche anterior. Cuando a alguna de ellas ya le dejaban verla, no quería, decía que prefería que yo se la contase. Era 'De aquí a la eternidad', no se me olvida. Creo que esa forma de contar, de expresar o de poner una emoción especial a la hora de narrar, era una pequeña muestra de lo que luego haría con mis propias historias. Es importante vivir lo que se escribe, sentirlo, meterse en la historia para poderlo contar mejor”, rememora esta apasionada de Antonio García Teixeiro y Juan Carlos Martín Ramos, en lo que a la poesía infantil se refiere, “porque escriben como si cantasen, me gusta leerlos porque sus poemas son música, les admiro profundamente”; y de Saramago en el ámbito de la literatura para adultos. “Durante el confinamiento (aunque yo no pude estar confinada, por mi trabajo) leí 'Ensayo sobre la ceguera', y creo que fue la época ideal para leerlo, se parecía tanto a lo que estábamos viviendo que me marcó”. Asimismo, reivindica a García Márquez, sobre todo la lectura de 'El amor en los tiempos del cólera', porque en su día le obligaron a leer 'Cien años de soledad' y no pudo con él. Y, entre los autores leoneses, se declara ferviente admiradora de Carlos García Valverde https://www.ileon.com/cultura/102304/carlos-garcia-valverde-no-conozco-a-nadie-que-haya-llegado-a-ser-un-escritor-solvente-sin-haber-sido-un-avido-lector, “del cual disfruto sus buenísimos y premiados relatos”, resalta esta premiada literata, que se siente a gusto en León, donde ha crecido, trabajado y ha tenido a su propia familia. Una ciudad que, en sus propias palabras, no te atrapa entre las prisas de otras urbes enormes, sino que se deja pasear sus calles, disfrutar de sus rincones, y eso se refleja luego en las historias y hasta en la forma de escribir. Una ciudad que le ha aportado todo o casi todo.

“Creo que los sitios en los que vivimos nos van formando como personas, y León, que es tierra de escritores, me ha enseñado a crear con calma, a ir despacio, a vivir con tranquilidad”. En este sentido, se muestra entusiasmada con la asombrosa creatividad que existe nuestra tierra, con diversas iniciativas culturales como son, según ella, premios literarios de narrativa y poesía, actividades promocionadas por las bibliotecas municipales, por el Instituto Leonés de Cultura... en las que ella misma participa siempre que puede aportar algo, “y saben que pueden contar conmigo para lo que sea”.

Cada vez surgen, a su juicio, nuevas voces y nuevas editoriales para canalizarlas. “No creo que haya muchas ciudades como la nuestra -pequeña y en muchas ocasiones desprotegida frente a intereses políticos y culturales que tiran más de otras capitales- que tengan tantos autores y autoras, tantas editoriales de diferentes tipos y tantas ganas de crear”, matiza esta escritora que, a lo largo de este año, ha participado en numerosas iniciativas culturales, tanto en España como en Latinoamérica, con la difusión de cuentos, de poemas, con todo lo que fuese necesario, manifiesta, con tal de que la cultura no se paralizase por completo. No obstante, siente que nos falta el contacto con el público, las presentaciones en vivo, los aplausos, las risas... “la realidad sin pantallas por el medio”, a la espera de que ya quede poco para recuperar la cercanía, para volver a encontrarnos, para que todo se pueda hacer de una manera más próxima.

Durante el confinamiento (aunque yo no pude estar confinada, por mi trabajo) leí 'Ensayo sobre la ceguera', y creo que fue la época ideal para leerlo, se parecía tanto a lo que estábamos viviendo que me marcó

Recuerda que durante tres años coordinó el Premio Literario Manuel Berrocal -en dos ediciones llegó a colaborar la Universidad de León y en el último también el Ayuntamiento de León-. Y el jurado de este premio fueron estudiantes con talento de 14-15 años, algunos de los cuales están ya publicando sus primeros textos en varias antologías de autores leoneses, como las surgidas de 'El ágora de la poesía'.

Entrevista breve a Beatriz Berrocal

“No puedo con la frialdad, la falta de empatía o el trato prepotente”

¿Qué libro no dejarías de leer o leerías por segunda vez?

Me impactaron dos de Orwell: '1984' y 'Rebelión en la granja'. Me los recomendó mi hijo, y, seguramente vuelva a leerlos con más calma, porque tienen muchos aspectos en los que profundizar un poco más.

Un personaje imprescindible en la literatura (o en la vida).

Para mí, una autora imprescindible fue Enyd Blyton porque gracias a ella me aficioné a leer cuando era una niña, y como me gustó tanto, continué leyendo siempre. Y como personaje, en mi época juvenil me encantaba Escarlata O´Hara. Sí, qué le vamos a hacer, me marcó su historia, con sus aciertos y sus errores, con su mítica frase de poner a Dios por testigo... Hay un momento de la vida para cada lectura, a mis 17 años, 'Lo que el viento se llevó' me pareció una historia apasionante.

Un autor o autora insoportable (o un libro insoportable).

Pues aquí tengo un problema porque del mismo autor hay un libro que adoro y uno que me costó un triunfo terminar. Rafael Sánchez Ferlosio, con su libro 'Industrias y andanzas de Alfanhuí' me conquistó, esas descripciones que hace, esa manera de escribir poesía mientras está narrando una historia atípica donde las haya... me encantó. Pero cuando me leí 'El Jarama'... no podía con aquel “no pasar nada”, durante páginas y páginas, siempre la misma tarde, sin salir de ella, esperando que pasase lo que tenía que pasar, lo que ya sabía que iba a pasar porque lo había estudiado pero que no terminaba de llegar. Comprendo que es la crónica de una época, la descripción de cómo podía pasar la tarde un grupo de amigos en aquel momento y en aquel lugar, pero se me hizo eterno. Con esto no dejo de reconocer el valor literario que tiene, pero... lo siento, a mí no me gustó.

Un rasgo que defina tu personalidad.

Tenaz. Puedo tener muchas carencias a la hora de hacer infinidad de cosas, pero si no es de una vez es de doscientas, si me lo propongo, tengo que hacerlo como sea, a ser posible, por mí misma, sin pedir ayuda, y cuando no queda más remedio, haciendo un SOS a quien pueda echarme una mano, pero renunciar a algo que tenía pensado es una opción improbable.

¿Qué cualidad prefieres en una persona?

Tanto si es familia, como amigo, pareja, hijo... o algo tan utilizado estos días: 'allegado', necesito que sea una persona afectuosa y que sepa expresar sus sentimientos. No puedo con la frialdad, la falta de empatía o el trato prepotente.

¿Qué opinión te merece la política actual? ¿Y la sociedad?

No era tan negativa en cuanto a la política, trataba de ponerme en el lugar de nuestros gobernantes y pensaba que no tiene que ser fácil ocupar puestos de tanta responsabilidad, pero durante esta pandemia me he decepcionado tanto que ya no encuentro modo de justificar determinadas actuaciones, así que, si ahora mismo tuviese que ir a votar no sabría por quién decidirme, de verdad. Mis ideas las tengo claras, pero no encuentro ningún partido que pueda representarme.

Con la sociedad me está pasando algo parecido. Si en una situación como la que estamos atravesando no somos capaces de pensar en los demás, incluso nos da igual lo que nos pueda pasar a nosotros mismos ¿qué se puede esperar de nosotros? Si trasgredimos las normas y tenemos que esperar a que unos mandatarios nos digan con cuánta gente podemos comer en nuestra casa porque nuestro sentido común brilla por su ausencia... mal lo veo.

¿Qué es lo que más te divierte en la vida?

Viajar, desde que empiezo a planearlo hasta que regreso. Casi siempre comienzo a mirar un sitio y acabo en otro que no tiene nada que ver, pero incluso ese tiempo me parece divertidísimo.

¿Por qué escribes?

Porque no puedo evitarlo. La escritura me ha dado muchas alegrías, pero no es un camino fácil y a veces dan ganas de tirar la toalla, cerrar el ordenador y mandar todo al último rincón del olvido. Pero no se puede. Cuando te descuidas, por una de las rendijas que creías sellada para siempre, vuelve a surgir una historia, unos personajes, una ilusión... y ya estás perdida, ya no tiene solución, te vuelves a poner delante de la pantalla y te das cuenta de que la escritura te tiene en sus manos.

¿Crees que las redes sociales, Facebook o Twitter, sirven para ejercitar tu estilo literario?

Para mí, las redes sociales sirven para que la gente no se olvide de que estoy por aquí, es un modo de hacerme visible, de comunicarme con otros que como yo también quieren ser visibles, de conocer eventos, ofertas culturales, presentaciones... pero, al menos en mi caso, no veo que sirvan para ejercitar el estilo literario.

¿Cuáles son tus fuentes literarias a la hora de escribir?

Antes, cuando estaba escribiendo algo, no leía otros libros, porque me parecía que podía influirme el estilo del otro autor, e incluso en muchas ocasiones era tan bueno lo que leía que me desanimaba escribir porque me parecía que yo jamás alcanzaría semejante calidad. Después comprendí que cada uno tiene su estilo, que ojalá me influyesen los buenos autores y que no podía desanimarme porque hay que ir mejorando cada día. No tengo unas fuentes literarias concretas, pero creo que todo lo que leo deja su poso de manera consciente o inconsciente. La fuente que más me influye es la realidad, lo que me rodea cada día: una noticia, un relato curioso, una experiencia mía o que me cuenta alguien. Hay veces que nada me motiva y otras en las que todo me parece digno de crear una historia.

¿Escribes o sigues algún blog con entusiasmo porque te parezca una herramienta literaria?

Colaboro en el blog 'Masticadores de letras' junto a un montón de autores, muchos de ellos leoneses. Estoy muy orgullosa de esto porque es otro modo de publicar relatos, poemas o textos del género que sean, también me sirve para leer los de otros colaboradores, que siempre está bien porque a veces no tienes tiempo o ganas de leer un libro entero, pero con pequeñas píldoras en forma de textos más o menos breves, nos vamos conociendo. También tengo mi propio blog: 'Como la vida misma', pero reconozco que, últimamente, lo tengo un poco abandonado, en este momento tienen mucho más peso las redes sociales, y el tiempo da para lo que da.

Una frase que resuma tu modo de entender el mundo.

Nunca es tarde para hacer las cosas que te gustan, así que, a por ellas.

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