Villablino expone hasta final de año las 'secuencias' de la vida del pintor Miguel Ángel Febrero

Una de las obras de la exposición 'Secuencias' de Miguel Ángel Febrero. / Foto de Luis Álvarez Pérez

Luis Álvarez Pérez

El Instituto Leonés de Cultura (ILC) trae a Laciana la exposición homenaje de Miguel Angel González Febrero, 'Retrospectiva', que se podrá contemplar en la sala de exposiciones de la Casa de la Cultura de Villablino durante el presente mes de noviembre y el próximo diciembre.

La muestra concebida como un homenaje al pintor leonés recientemente fallecido (26 de abril del presente año), está compuesta por 62 cuadros cedidos por la familia del pintor. En variados formatos y técnicas de ejecución, y ha sido concebida “con una estructura lineal de tipo cronológico, que permita una lectura secuencial”, fácilmente comprensiva, “de las diferentes etapas evolutivas y de creación del autor”, en palabras de Luis García, responsable de arte y exposiciones del ILC, y por tanto artífice principal de la exposición.

Al acto de apertura de 'Secuencias' (Exposición Retrospectiva) asistieron el Diputado de Cultura, Pablo López Presa, el ya mencionado Luis García, como representantes de la Diputación Provincial y el ILC, y por parte del Ayuntamiento de Villablino el alcalde, Mario Rivas López, y el concejal de Cultura, José Luis Real Saavedra. Familiares del pintor y una escasa asistencia de público general, debido a las restricciones sanitarias por la pandemia de coronavirus.

Se pueden concertar citas para acceder en grupos a contemplar lamuestra o hacerlo de forma individual de lunes a viernes todas lassemanas de 18,00 a 20,00 horas, horario de apertura regular de la sala deexposiciones para estos dos meses.

Luis García, comisario de la exposición, hizo una detallada presentación de la muestra explicando a los asistentes las distintas fases creativas de Febrero, desde su etapa de formación, pasando por el expresionismo turbio y oscuro (por los colores y aspecto de los cuadros) como fiel seguidor de Álvaro Delgado, a una siguiente fase mucho más viva en el color. Un paso por el informalismo llegado de Europa y América, que influyó en los creadores nacionales, para llegar a un tiempo que dio a su pintura una apariencia mucho más dinámica, ágil, y alegre, proponiendo en sus cuadros una movilidad de lo orgánico.

Siempre reinventándose, siempre mejorando la técnica, experimentando, buscando nuevas formas, fórmulas y materiales. Y en ocasiones dando muestras de un espíritu atormentado en la inquietud, de lo que dejan constancia sus gestos y pinceladas, a veces similares más a golpes de pincel o de espátula, que a trazos perfilados con delicadeza. Lo que damuestra del espíritu inquieto de Febrero, del que deja un rastro evidente en toda su trayectoria. Un artista no solo de ámbito local, sino también de extensión nacional e internacional, como lo avalan sus múltiples exposiciones individuales y colectivas y el innumerable, conjunto de textos literarios y periodísticos de que ha sido objeto su trabajo.

A Villablino por problemas espaciales de la propia sala de exposiciones a la que hay que adaptarse, se ha reducido a 23 cuadros, también de formato adecuado a las posibilidades del recinto. Pero no deja de ser un amplio recorrido por las distintas fases creativas de Febrero, que se pueden recorrer en orden cronológico partiendo del cuadro de entrada a la sala, primero por la derecha, y siguiendo la lógica que impone el sentido común.

Algunos datos biográficos del autor

Miguel Ángel González Febrero nació en León en 1948. Se fue a Madrid de la mano del escultor Victor de los Ríos, allí se formó en el Círculo de Bellas Artes y la Escuela de Bellas de San Fernando. Su primera exposición la hizo muy joven, con 19 años, participando con sus dibujos en una colectiva junto a compañeros del Círculo de Bellas Artes.

En 1971 regresa a León donde desarrolla la mayor parte de su obra pictórica. Hasta que un percance físico (un ictus) en 2003, le limita y lo que para otros sería el retiro obligatorio, él lo convierte en un reto y se resiste a dejar su pasión por la pintura. Aunque tuvo que reinventarse y aprender de nuevo a pintar con su mano izquierda (la no natural suya), no dejó por ello de seguir creando.

En el Centro de Referencia de San Andrés del Rabanedo siguió su labor creativa, dedicando siete horas diarias a pintar pese a tener una discapacidad del 90%. Hay un reportaje de Cristina García en ileon.com del 26 de noviembre de 2011 que lo evidencia, ocho años después del percance físico sufrido por el pintor.

El 26 de abril de este año, un fallo cardiaco privó a la provincia leonesa de uno de sus referentes artísticos más destacados del último cuatro del siglo pasado y la quinta parte del tiempo transcurrido del presente.

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