El Festival de Música Española de León, un referente en España que apuesta por promocionar a las mujeres compositoras

La inauguración de la 33.ª Edición del Festival de Música Española con el Coro Cantarte. // Juan Luis García

Jesús María López de Uribe

Tiene mucho mérito resistir 33 años. Y en León tenemos esa suerte. Treinta y tres ediciones nada menos disfrutando de un festival de música clásica centrada en la hispanoamericana, organizado por la Asociación Musical Orquesta Ibérica, que descubre todos los años nuevas composiciones de altísima calidad.

Un certamen, el Festival de Música Española, que apuesta también por las mujeres compositoras, de las que se han estrenado cuatro obras en las ocho actuaciones de este año. Y que están sorprendiendo al mundo.

“En España sólo hay otro igual, que es en Cádiz, pero con menos ediciones”, explica su director, Miguel Fernández Llamazares. Pero estamos muy contentos porque por primera vez la Junta se suma al apoyo más allá de lo que es la participación de la Orquesta de Castilla y León“.

Un evento que este año ha tenido que lidiar con el coronavirus.Con los aforos reducidos a 300 plazas en el caso del Auditorio Ciudad de León y entre 60 y 70 para el Ángel Barja y el Albéitar donde se han podido escuchar los acordes de la Orquesta de Cámara Ibérica, Cuarteto de Granados y Patricia Arauzo, Dúo Invicta, Orquesta de la Universidad de Oviedo, Trova Lírica Cubana, Cosmos 21 y este viernes ha clausurado con la Orquesta Sinfónica de Castilla y León (OSCYL).

Una edición, la 33.ª, que también ha tenido sesiones audiovisuales mostrando un documental ganador del Premio Goya en 2019 de un viejo conocido del festival, que lo dio a conocer en León hace diecisiete ediciones: Ara Malikian: una vida entre las cuerdas de Nata Moreno y dos nuevos audiovisuales del Proyecto Luz, que dirige José Luis Temes. Luz 3 - Exequias para Fernando Zóbel con música de José Luis Turina, que vincula al célebre pintor abstracto con la ciudad de Cuenca y el Museo de Arte Abstracto Español; y Luz 7, dedicado a Segundo de Chomón, pionero del cine mudo en el París de la Belle Époque, a partir de las músicas de otro desconocido de la Generación del 27, José Muñoz Molleda.

Un festival del que hay cumplida información en su página de Facebook y del se pueden ver las fotos de todos los conciertos gracias a los magníficos álbunes del fotógrafo Juan Luis García, pinchando aquí.

Objetivo: estrenar joyas musicales españolas

“La verdad es que no se apoya todo lo que debería nuestro patrimonio. Sólo hay que ver las temporadas de las orquestas sinfónicas para darse cuenta de que la música española escasea. Suelen centrarse en autores más conocidos como Manuel de Falla, Albéniz, pero resulta que también hay otros muchísimos compositores, y mujeres también, que merecen la pena estar ahí y darse a conocer y muchas veces por desconocimiento no se programan. A veces se piensan que el público no lo va a aceptar, y todo lo contrario”, explica el director del festival, Miguel Fernández Llamazares a iLeón.com.

“Hay sinfonías que son una maravilla, de Tomás Bretón y Miguel Marqués que son prácticamente desconocidas, pero con las grabaciones que nos ha dejado José Luis Temes demuestran que el patrimonio musical español es muy amplio y muy interesante y nada tienen que envidiar a autores europeos o americanos”, asegura.

“Nuestro trabajo es divulgar este tipo de composiciones. Este año hemos realizado cuatro estrenos. Uno de ellos de María José Cordero, nacida en Cuba pero berciana de corazón ya que lleva muchos vinculada a León, fue directora del Conservatorio de Ponferrada y nos compuso la Cantata del Éxodo para coro y orquesta –lo interpretaron el Coro Cantarte y la formación residente y anfitriona del festival, la Orquesta Ibérica– y gustó mucho y fue muy impresionante”, cuenta con orgullo.

El Festival de Música Española ha sacado a mucha gente del olvido. “Menos de los que quisiéramos por limitación de presupuesto”, se lamenta un poco Fernández Llamazares. Pero con tesón lo van logrando, también con compositores leoneses como Villar, Pedro Blanco, Evaristo Fernández Blanco, María José Cordero, Isabel Urueña (que falleció hace año y medio) o María de Pablos que ha rescatado en colaboración con la Fundación Don Juan de Borbón de Segovia. “Hemos sido los primeros en grabar su música orquestal con la OSCYL y la Orquesta de Cámara Ibérica y dos artistas de excepción como los Hermanos David y Aldo Mata (violín y violonchelo) y hemos dejado esa grabación en plataformas digitales”, reconoce.

En total, son más de cien estrenos durante los 33 años, según la organización. En 1988 el festival nació con el nombre de de Música Española del Siglo XX, pero pronto se dieron cuenta de que podía abarcar más y en su séptima edición pasó a todas las épocas, dejando siempre hueco a la música iberoamericana, lo mismo que el país vecino, Portugal. “Hay mucha simbiosis y sinergia con nuestro país vecino, y más que debe de haber”, indica su actual director.

En los primeros 15 años fue Daniel Gutiérrez Sanz el que se encargó de llevar adelante cada edición, pero una vez tomó la dirección del Auditorio de León se encargó Miguel Fernández Llamazares. En 2003 se creó la Orquesta de Cámara Ibérica (la asociación que la cobija es la organizadora de este festival) y quedó como orquesta residente del certamen. “Daniel Gutierrez Sanz nos señaló el camino y le cogimos el testigo”, indica este último. “Cada año intentamos hacer producciones nuevas, presentarlas aquí y llevarlas por todo el país”.

El diseño del festival, el buscar nuevos talentos, ofrece la oportunidad de 'descubrir' artistas de primer nivel cuando nadie los conocía en León. En el año 2003 sólo vieron cincuenta personas en el auditorio a Ara Malikian, en un concierto que se recuerda como “espectacular”. Hoy llena grandes auditorios.

“Este festival aunque sea modesto económicamente, y dentro de sus posibilidades, es de hacer historia. Con un talonario muy grande te traes a primeras figuras, pero a lo mejor eso no deja tanto poso como un festival que va a pequeños pasos pero va consolidando figuras. Por ejemplo, hoy mismo en redes sociales compartía el Quinteto Verger, valenciano, que habían grabado una obra de Evaristo Fernández Blanco, compositor de Astorga. Y ese es uno de los objetivos del festival, que no sólo vengan esos grupos de ahí sino que adopten el repertorio de aquí y lo hagan conocer a todo el mundo”, manifiesta con orgullo Miguel Fernández Llamazares.

Modesto, pero imparable. Son 33 años ya. Son pocas personas en el corazón de la organización, pero tienen un equipo veterano con muchos colaboradores que llevan muchos años con nosotros. Sean técnicos de sonido, afinadores de pianos, la diseñadora gráfica, y gente de la orquesta ibérica. “Somos poca gente, pero con mucha ilusión”.

Apoyo del Ayuntamiento, el Ministerio de Cultura y la Junta

La Asociación Musical Orquesta Ibérica no sólo organiza el festival, sino también un curso en Valencia de Don Juan en verano, con experiencia en organizar eventos, pero el más importante es el Festival de Música Española, con la colaboración del Ayuntamiento de León, el Ministerio de Cultura y este año la Junta de Castilla y León. Y ha tenido que superar, pero lo ha logrado con éxito, todos los requisitos que manda la situación de la pandemia. Eso sí, al limitarse el aforo, la organización se ha sorprendido al ver hacer cola a la gente, “cosa que antes no ocurría”. Eso indica que hay un público muy fiel y que rompe ese contradictorio adagio de que en León “hasta que no se pierde no se valora”. Sin embargo, el festival superó la crisis de 2008 y sigue muy, muy vivo.

Para el futuro cercano, también quieren abrirse a nuevos públicos aprovechando la tecnología. Tienen pensado trabajar en estrenar en 'streaming' en un futuro y también intentar acercarse a los más jóvenes. La música clásica española puede superar cualquier problema. “Es que hay maravillas que están por conocer que son impresionantes, queda tanto patrimonio por rescatar que es inabarcable, por eso intentamos innovar y mostrar músicas que no se hayan tocado”, afirma su coordinador.

Promocionar a las mujeres y compositoras

La Asociación Musical Orquesta Ibérica tiene claro desde hace unos años que hay que incentivar la creación de las mujeres. “Si no se anima a los intérpretes a que se incluyan sus obras, a veces por pereza y por desconocimiento no se llegan a conocer, y es una gran pérdida, por eso en los últimos años ponemos como cláusula que al menos pongan en el programa a una compositora y todos nos llevamos grandes sorpresas”.

Los objetivos del Festival de Música Española quedaron cumplidos en esta trigésimo tercera edición. Entre ellos “promover y difundir el patrimonio musical español en sus dos facetas: la creadora y la interpretativa, mediante los conciertos que se celebran en León” rescatando “del injusto olvido obras y compositores de gran valor artístico”, contando “con la presencia de artistas leoneses o vinculados profesionalmente a León. Es decir, ”rendir homenaje a compositores que, por su trayectoria, han sido relevantes en el campo de la creación musical a lo largo de la historia pasada y presente de nuestra música. También “grabar todos los conciertos para el archivo del Festival y conservación del patrimonio musical español, así como la promoción de los intérpretes y compositores”.

En el concierto de clausura de esta trigésimo tercera edición se interpretó una composición que el director del festival considera “preciosa”. De la pianista, clavecinista, cantante, profesora y compositora Mariana Martínez (o Marianne von Martinez), vienesa de origen español (la llamaban la Pequeña Española), quien fuera discípula de Haydn y compañera de Mozart como intérprete de piezas a cuatro manos al teclado en las veladas musicales que se organizaban en su casa de Viena. “Una sinfonía increíble, muy bonita, que nadie conocía, ni siquiera el archivero de la Orquesta de Castilla y León, que es un hombre que conoce un montón de obras. Tuvimos que indagar, conseguir las partituras en Estados Unidos. A veces no prestamos la misma atención aquí sobre lo que es nuestro que fuera, y eso es lo que queremos superar”, explica Fernández Llamazares.

Es para el Festival de Música Española muy importante el promocionar a las compositoras e intérpretes. “No sólo es una cosa de feminismo, que también, sino que realmente lo mismo que pasa con otras artes parece que están en segundo plano y les cuesta llegar. Como cantantes sí hay, pero en el tema de la composición han estado curiosamente ocultas por los propios compositores, como Rosa García Ascot, que el año pasado la descubrimos, que era la esposa del compositor Jesús Bal y Gay, que fue la única alumna de Falla. Hace un siglo los propios compositores del 27, que era una generación moderna, de la República, no hicieron los hombres mucho por potenciar a las mujeres compositoras que había. Sí que las animaban a intepretar, pero parecía que la composición la consideraban sólo para hombres; pero eso pasaba hace cien años y es triste que todavía siga pasando”, se lamenta el director del certamen.

Por eso, para promocionarlas, el Festival apuesta porque todos los intérpretes comiencen a incluir con toda normalidad, mujeres compositoras en sus repertorios. “Sobre todo las nuevas creaciones. No hay excusa. Antes podía ser que hubiera pocas, un diez por ciento, pero en el siglo XXI hay tantas mujeres como hombres ahí creando y hay que darles la oportunidad también. Es más rico, aportan otra visión. No es por el hecho de ser mujer que tengas que ser mejor, pero sí es verdad. Desde que hace cuatro años sugerimos a los intérpretes y agrupaciones que vinieran con una obra de una compositora, resulta que se han descubierto cosas buenísimas y algunos llegan hasta con la mitad del programa de ellas. Pero si no se hacía antes era por pereza o costumbre y se venía con lo de siempre, con lo que estábamos perdiendo la oportunidad de disfrutar, y descubrir, muy buena música. Si no lo promueves se tira de lo de siempre y ya está, y nunca cambias la Historia y quedaría incompleta. Hemos ganado todos con esto y seguiremos ganando con ellas”.

Una cita muy admirada en España

Aunque parezca que el propio nombre del festival pudiera parecer que se constriñe a una temática, en realidad es tremendamente ecléctico. Y no sólo en la música, ya que también hacen montajes con poesía, danza (y la asociación fuera del festival hasta con magia) e incluso con ilustración, ya que se ha realizado un concierto de música del barroco con los ilustradores de PILA, que iban pintando mientras escuchaban música. “Hemos hecho colaboraciones con toda clase de artes y con toda clase de músicas, hemos hecho hasta cine”, recuerda el director del festival. “Del clasicismo para acá, hasta el siglo XXI, hemos intentado siempre indagar y descubrir obras nuevas y ofertas para darlas a conocer. Está en nuestra tradición innovar”.

“Este festival de León es un referente en música española e intérpretes, porque han pasado más de doscientas agrupaciones, artistas, solistas, muchos cuando estaban empezando porque por el poco presupuesto intentamos contar con ellos antes de que sean demasiado famosos y suban el caché”, reconoce Fernández Llamazares. Pero eso les ha permitido por ejemplo con contar con Ana María Valderrama en 2011, que ese año se convirtió en la primera española en ganar el Premio Internacional de Violín Pablo Sarasate. “Hicimos lo posible por traerla en ese momento, porque si no hubiera sido imposible traerla. Lo mismo que pasó con Ara Malikian”.

“El futuro pasa por seguir dando salida a las obras nuevas. Las orquestas por ejemplo en sus temporadas oficiales no programan apenas música española, casi ni la del siglo XIX o XX, menos aún las de nuevas creaciones. Tiene poca salida, por eso es tan importante este festival. Hemos tenido este año cuatro estrenos en ocho conciertos, o sea qué más se puede pedir. Y además obras de reciente creación, del siglo XXI ya”, expone su máximo responsable.

El director del Festival de Música Española apuesta por intentar dar difusión en las nuevas tecnologías, por streaming, quizás retrasmitirlo por ahí; como hacen en Europa comprando entradas para ver el concierto por ordenador, como vía para abrirnos a nuevos públicos, no sólo el más mayor sino también el joven.

Por otros 33 años más, al menos, dando a conocer la variedad y calidad de la música española. Porque León tiene otra joya que no puede perder y que todo el mundo debería conocer, y disfrutar.

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