Más de un tercio de empleados leoneses y castellanos temieron por su puesto de trabajo durante el estado de alarma

Trabajadores en Ponferrada tras la vuelta a la actividad. Foto: César Sánchez / ICAL.

Jesús María López de Uribe

La encuesta de la Junta sobre la Sociedad de Castilla y León durante la crisis sanitaria ocasionada por la pandemia de la Covid-19 –que ILEÓN.com adelantó este jueves en la que la población mostró una pérdida de confianza en la gestión del Ejecutivo autonómico según avazaba la pandemia–, revela que más de una tercera parte de los ciudadanos leoneses y castellanos que estaban empleados, o buscaban empleo al comienzo del estado de alarma, temieron por su puesto de trabajo o que tuviera fuertes consecuencias en él.

Una cifra que, además, aumentó ligeramente entre la primera oleada de la encuesta encargada a Demométrica por la Consejería de Fomento, realizada el 6 y 7 de abril, y la cuarta, del 5 y 6 de mayo (hubo otras dos el 14 y 15 de abril y el 21 y 22 de ese mes).

En la primera, los trabajadores que pensaban que la pandemia del coronavirus afectaría muchísimo y les supondría un problema grave (e incluso creían que iban a perder el trabajo) eran un 18,2% de los 756 encuestados, mientras que los que a les afectó mucho creándoles problemas laborales fueron un 16,9%. Un 35% en total de los que declaran trabajar en esta encuesta.

En la segunda, un mes después justo tras las primeras salidas previas a la Fase 0 de la desescalada, los que veían peligrar o habían visto que se quedarían su empleo descendieron al 17,2%; mientras que los que creían que les crearía problemas en su nómina aumentaron al 18,4%. Es decir, un 35,6% en total.

Hay que tener en cuenta que la pregunta en bruto de la encuesta apunta a que una media de un 37% de personas no estaban dentro del mercado laboral (fueran jubilados, jóvenes estudiantes o amas de casa); por lo que se ha extrapolado el resultado bruto de la encuesta de 756 personas en la primera ola y 751 en la segunda a sólo 483 y 462, los que o estaban trabajando o en paro (que reconocieron estarlo un 6,4% en abril y un 5% en mayo).

La encuesta se realizó mediante métodos telefónicos, pero no hay datos de que fuera de forma estratigrafiada geográficamente, con lo que no se puede conocer cuál de las dos regiones de la autonomía o cual de las nueve provincias temía más por sus puestos de trabajo.

Casi la mitad no estuvieron preocupados

Eso sí, destaca que el 46,4% de las personas no temían nada o poco por su trabajo en abril (28,8% nada y 17,6% poco) y un 44% en mayo (28,4% y 15,6%). En la primera ola de la consulta un 11,6% declararon que temían 'algo' por su condición laboral, y en la segunda un 16,2%.

De esto se puede extraer la conclusión de que los empleados en Castilla y León fueron viendo un poco peor su circunstancia laboral según avanzaba el estado de alarma.

Respecto a lo que reconocieron los encuestados en mayo el 1,6% decían ser empresarios con empleados, el 6,9% autónomos sin ellos, el 20,1% asalariado en el sector privado y el 12,8% en el público; el 9,4% en el paro.

A favor de los ERTEs

En la encuesta del 23 de abril, los ciudadanos son preguntados si los Expedientes de Regulación Temporal de Empleo “deben ser ampliados más allá del estado de alarma”. Una amplia mayoría lo apoyó: un 63,1% (muy de acuerdo un 16,8% y más bien de acuerdo un 43,4%) y se oponía un 18% (en desacuerdo un 14,8 y mucho más un 3,2%). En esta pregunta el 21,7% no quiso opinar.

Apoyo mayoritario al confinamiento

En la última ola de la encuesta, justo tres días después de permitir el Gobierno de España salir a hacer deporte el 2 de mayo, el 60,5% de los leoneses y castellanos estaban de acuerdo en que no se permitieran desplazamientos entre provincias, un 17% “preferible pero no necesario” y un 16,1% “no necesario”.

La pregunta a primeros de abril era distinta: “¿Cuándo cree usted que acabará el confinamiento? A mediados de abril lo creía un 0,7%, a finales de abril un 21,7%, a mediados de mayo un 38,4%, a finales de mayo un 15,9% y ”más tarde“ un 14,4%. Un 8,7% dijo no saber y un 0,3% no contestó.

A finales de abril (el 23) en la tercera oleada de la encuesta, lo creían sólo el 0,8%, a mediados de mayo lo deseaban el 19,9%, a finales de mayo subió a un 33,1% y comprendieron que sería más tarde el 31,5% (no contestó o no quiso hacerlo el 14,7%). El estado de alarma decayó el 21 de junio.

También se pregunta sobre la opinión de las medidas del confinamiento. A primeros de abril el 76,9% decían que eran adecuadas, el 17,5% insuficientes (querían más) y sólo el 3,3% creían que eran excesivas. Pero en mayo se nota el cansancio y sólo el 50,5% las consideraba ya adecuadas, y se multiplicó por tres los que las creían excesivas hasta el 10,3%; que se puede adjudicar como el apoyo real a las protestas 'cayetanas' de mitad de mes que desaparecieron por completo tras abrir las terrazas el día 25 de mayo.

Por contra, la apertura de las condiciones del confinamiento de la cuarentena por la pandemia del coronavirus aumentó el temor de la gente a un rebrote, ya que en la última encuesta de mayo el 30% consideraba que las medidas “no eran suficientes”.

En abril el 70,6% estaban a favor de “mantener el confinamiento para no arriesgar aunque sufra la economía” y el 17,2% en eliminarlo poniendo la economía por encima de la salud. Y en mayo tampoco cambió mucho la opinión, ya que preferían mantenerlo el 63,1%, aunque sí pedían “avanzar en las fases más rápido” un 26,1%.

El 17,3% salía “todos los días” y el 16,3% nunca

Las preguntas cambian dependiendo de cada oleada de la encuesta encargada por la Junta. A primeros de abril se preguntaba cuántas veces se salía a la calle para comprar alimentos, a la farmacia o a trabajar. La respuestas son que todos los días un 17,3% y tres o cuatro veces a la semana el 8,5%. Es decir, más o menos la cuarta parte de las personas hacían una vida más o menos normal.

De los que se quedaban en casa, el 39,9% reconocieron hacerlo una o dos veces por semana, el 18% “casi nunca o menos de una vez por semana” y el 16,3% se habían quedado completamente aislados. Vamos, que cumplieron el 34,3% de la gente con la cuarentenea en casa casi a rajatabla.

A mediados de abril –ya que la pregunta no se repite en mayo–, los datos son que salían todos o casi todos los días el 20,3%, tres o cuatro veces por semana el 7,4% (es decir aumentó a un 27,7% los que más salían), una o dos veces por semana el 36,8%, casi nunca o menos de una vez a la semana un 18,6% y un 16,6% no habían salido a la calle; los que más se encerraron pasaron al 35,2%.

La mayoría no creía que se cumplieran las normas de desescalada

En la última ola de la consulta ciudadana, primeros de mayo, lo que se pregunta es si creen que la gente cumplirá las normas en la desescalada. La mayoría, un 36,1% directamente no creía que los demás fueran a cumplirlas. El 31,8% “no tan bien, pero bastante bien” y un 26,2% sí confiaba en sus conciudadanos. Un 5,8% no sabía decir o no contestó a la pregunta.

Sobre si la Junta se preocupó “por igual de todas las provincias”, el 16,1% estaba en desacuerdo, el 19,8 en desacuerdo, el 31,3 “más bien de acuerdo” y sólo el 10,5% estaba de acuerdo. Es decir, el 41,8% aprueba que sí y el 35,9% pensaba que no. Es notorio que un 22,2% no quisiera dar su opinión en este apartado.

Apoyo mayoritario a las prórrogas del estado de alarma

Pese a las críticas a la gestión del Gobierno de España en la pandemia –los encuestados suspendieron en un 50,6% en las tres primeras semanas de la pandemia y en un 53,9% en la primera semana de la desescalada– ampliar 15 días más el estado de alarma sí fue ampliamente aprobado en mayo: el 71,3% consideraba que hacía bien o muy bien (49,5% y 21,8%), mientras que el 20,3% mal o muy mal (14,4% y 5,9%). A un 8,9% no le parecía “ni bien ni mal”.

Sobre que la desescalada fuera por provincias, también tuvo un apoyo popular claro: el 60,1% consideró que la medida era buena y el 13,7% muy buena (un 73,8%), un 11,3% ni bien ni mal y un 11,2% mal y sólo un 3,7% muy mal.

Es decir, aunque fue muy sonora la protesta cayetana, no llegaron a uno de cada seis las personas que estaban radicalmente en contra de las medidas tomadas por el Gobierno Central; manifestaciones que, además, desaparecieron con números ridículos a primeros de junio en la última semana de la Fase 1 de la desescalada.

Por último, el 23 de abril se preguntó a la ciudadanía si creían que los políticos debían “llegar a acuerdos para gestionar esta crisis”. El apoyo al sí fue evidente: el 54,4% estaba “muy de acuerdo” y el 38,7% “de acuerdo”. Es decir, el 93,1%. Declararon estar en contra un 3,2% (un 2,5 estaba en desacuerdo y sólo un 0,7% “muy en desacuerdo”). Sólo el 3,7% no quiso contestar.

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