Los servicios de emergencias sanitarias tardan seis minutos más en llegar a un pueblo que a una ciudad

Una ambulancia del Sacyl en una imagen de archivo.

S. Calleja / ICAL

La España vaciada ha logrado ser escuchada, pero si en algo tiene que avanzar para acabar con la sangría de la despoblación es en servicios básicos, entre ellos en sanidad. Vivir en el medio rural tiene sus pros, pero también sus contras, entre los que figura la mayor dificultad de acceso a los recursos sanitarios, no sólo hospitalarios, sino también ante una emergencia. Los datos lo indican: si el tiempo medio de respuesta de los equipos de emergencias sanitarias en el ámbito urbano es de 18 minutos con 12 segundos, en el rural se eleva a los 24 minutos y 48 segundos, es decir, seis minutos más, con lo que implica en patologías tiempo-dependientes como un infarto o un ictus.

Desde que una llamada entra en el centro coordinador de urgencias de Sacyl hasta que el primer recurso de Emergencias Sanitarias llega al lugar transcurren de media 19 minutos y 35 segundos en Castilla y León, muy por debajo de los 30 minutos que fija la normativa europea. Si bien, la brecha se abre al distinguir entre medio rural y urbano, según los datos facilitados a Ical por la Consejería de Sanidad.

Uno de los problemas de esta discriminación asistencial se debe a la dispersión población y a la extensión geográfica de Castilla y León, para lo que la Consejería trabaja ya en un “ambicioso” Plan Estratégico de Sistema Integral de Atención Urgente (SIAU) que incluye uno de reordenación de la atención continuada en Atención Primaria en el medio urbano y el medio rural, un plan de urgencias y emergencias y otro de urgencias hospitalarias. Se unirá al de la reordenación de la Atención Primaria urbana y rural -este último ya se pilota en la comarca zamorana de Aliste-, y servirá para definir dónde deben estar ubicados los recursos móviles: las 117 ambulancias de soporte vital básico; las 23 medicalizadas, las 17 unidades de transporte interhospitalario, y los tres helicópteros sanitarios y tres vehículos de apoyo logístico.

Red de colaboradores

A este plan se unen otras iniciativas, como el proyecto de actuación comunitaria en núcleos rurales, en fase de diseño, que Sacyl quiere extender a todos los núcleos rurales dispersos y despoblados de Castilla y León, y que reside en implantar las pulseras de aviso que no gustaron en Barruelo de Santullán (Palencia). La idea es que este sistema de geolocalización permita a un grupo de vecinos, la llamada red de colaboradores de los municipios, actuar ante una situación de urgencia durante el tiempo que tarde en llegar el equipo sanitario.

Se trata de implantar un sistema de intervención rápida por parte de las personas más cercanas que en muchos casos puede ser vital para la supervivencia o las secuelas; crear redes de colaboración y primeros auxilios en las zonas despobladas, de modo que haya un grupo de voluntarios que reciba formación sobre primeros auxilios por parte de profesionales de Sacyl y se capaciten para saber actuar ante situaciones como una atragantamiento, una hemorragia, saber detectar los síntomas de un ictus, un infarto, o simplemente qué datos debe aportar a los servicios de emergencias 1-1-2 para que la llamada sea ágil y se movilicen los recursos adecuados lo antes posible.

Tiempo de respuesta, según recurso

Los últimos datos publicados en el Observatorio del Sistema de Salud de Castilla y León, que no se desglosan por medio rural y urbano, indican que en el último año la atención más rápida de los recursos móviles correspondió a las ambulancias medicalizadas, con 11 minutos y 50 segundos, mientras que el tiempo medio de respuesta de los helicópteros fue de 25 minutos y 18 segundos, y el de las ambulancias de soporte vital básico de 13 minutos y 46 segundos.

En 2019, los servicios de emergencia sanitarias atendieron 268.900 llamadas y realizaron 313.852 intervenciones, lo que supone una media diaria de 645. De ésta, 554 fueron realizadas por ambulancias de soporte vital básico; 87, por ambulancias medicalizadas y cuatro, por helicópteros. Además, los 1.573 profesionales que integran el servicio de emergencias -203 médicos, 206 enfermeras, 1.126 técnicos de emergencias, seis pilotos y 32 gestores-, atendieron a 7.200 heridos en accidentes de tráfico.

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