La Confederación Miño-Sil aumentó un 18,26% su inversión en limpieza y restauración de cauces en 2020

César Sánchez / ICAL Imagen de archivo de una intervención de la Confederación Miño-Sil en Toral de Merayo (Ponferrada).

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La Confederación Hidrográfica del Miño-Sil (Chms) invirtió el pasado año un total de 2.832.800 euros, un 18,26 por ciento más que el año anterior, en actuaciones de conservación y limpieza de cauces en las provincias de León y Zamora, así como en las demarcaciones gallegas de Lugo, Ourense y Pontevedra. En total, las actuaciones afectaron a más de 316 kilómetros de cauces, lo que supone un incremento del 56 por ciento en relación al año 2019, en el que se actuó en poco más de 200 kilómetros.

En cuanto a la responsabilidad sobre la limpieza de los cauces en entornos urbanos, el presidente de la Chms, José Antonio Quiroga, destacó que el organismo de cuenca colaboró a lo largo del año con los Ayuntamientos que así lo solicitaron y que demostraron la necesidad y la falta de medios, aunque remarcó que “ésta es una responsabilidad de la Administración competente en materia de ordenación del territorio y urbanismo”.

Al respecto, los trabajos ejecutados se enmarcan en los contratos que la Chms programa cada año para llevar a cabo el acondicionamiento, conservación, restauración hidrológico-forestal y mejora de la conectividad de los cauces de la demarcación del Miño-Sil. Con las actuaciones ejecutadas, el organismo de cuenca busca mejorar el funcionamiento natural de los ríos, amortiguando el efecto de los procesos hidrológicos y aumentando su heterogeneidad y grado de naturalidad.

En cuanto a las técnicas empleadas en la ejecución, fuentes de la Chms destacaron que se prestó el máximo respeto al entorno para fomentar la integración de las obras con el funcionamiento ecológico del río y con el paisaje fluvial. Por otra parte, en los trabajos de estabilización de márgenes se aplicaron técnicas de bioingeniería, empleando biorrollos y mantas biodegradables, estaquillado con especies vegetales del lugar, plantación de frondosas o siembra de gramíneas y leguminosas, especies que enraízan con facilidad y facilitan la estabilización.

En ese sentido, Quiroga remarcó que estas actuaciones de limpieza se vuelven más imprescindibles en años de abundantes lluvias, ya que esto provoca aumento de caudal, suelos incapaces de filtrar más agua, inundaciones, debilitación del terreno y arrastres de maleza a los cauces, lo que supone una merma en la capacidad natural de desagüe y en la calidad de las aguas. “Gracias a las labores ejecutadas se atenúan los efectos de los temporales que cada vez son más recurrentes, por efecto del cambio climático”, explicó el presidente.

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