Villadangos documenta fusilamientos y paseos franquistas para certificar que no afectan al polígono industrial

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C.J. Domínguez

Hay un dato coincidente: en el llamado Monte de Villadangos fueron acribillados, por fusilamiento o 'paseo', no menos de 87 personas y quizá hasta un centenar entre el golpe militar triunfal de 1936 y la década de los años 40 por el hecho de defender la democracia constitucional o pertenecer a alguna organización o simplemente ser mal vistos por cualquier causa.

Eran vecinos de León capital, de Valderas, posiblemente de La Bañeza o de Jiménez de Jamuz, del Órbigo o de Astorga. No hay mucho registro de ellos, ya que no pocos fueron víctimas de las llamadas 'sacas', las extracciones irregulares pero consentidas de presos de campos de concentración como San Marcos para recibir un tiro vengativo y, por supuesto, extrajudicial. Este es el dato coincidente. Pero aquí termina la coincidencia.

Ahora, el alcalde de Villadangos del Páramo, el joven Alejandro Barrera (PP), dice haberse tomado en serio la búsqueda que algunos familiares de aquellos represaliados vienen impulsando para certificar el paradero de sus seres queridos, que reposan en algún lugar todavía incierto bajo la tierra pero, sobre todo, bajo el olvido.

Por eso, y porque los familiares sospechan que quizá el lugar de la ignominia que quedó impune puede coincidir con parte de la zona donde está prevista una ampliación del más exitoso polígono industrial de la provincia, algo que han trasladado a la Asociación para la Recuperación de la memoria Histórica (ARMH), el regidor responde a esta asociación con un informe exhaustivo que, lejos de echar más tierra al espinoso asunto, trata de arrojar luz sobre lo que hasta ahora se sabe.

Eso sí, para concluir que la proyectada ampliación del polígono hasta la zona norte es plenamente viable y respetuosa con la Ley de Memoria Histórica porque, según su versión, todos los indicios se dirigen a negar la existencia de restos humanos en la zona a ampliar. Así se lo ha enviado al presidente de la ARMH, el leonés Emilio Silva.

Y es que una evidencia de que alguno de los cuerpos pudiera estar bajo suelo del polígono o su ampliación proyectada podría llegar a comprometer este proyecto en un lugar por el que han apostado empresas como Mercadona para su plataforma logística de todo el noroeste e incluso Portugal, Decathlon o la siderurgia de Network Steel Resources (NRS).

El cura en su carro para enterrar cuerpos

En el informe, que afirma categórico que no hubo represalias entre vecinos de bandos distintos sino partidas de fuera que eligieron esa zona para sus 'paseos', se recalca la verosimilitud que se le concede a varios testimonios, por ejemplo del entonces párroco del pueblo, Manuel García Arias, que lo fue entre 1906 y 1945 y que según “confirman los descendientes de alguno de los monaguillos” se encargaba de acudir a la zona donde quedan muertos de madrugada y con un “carro de tracción animal recoger a los fallecidos para después darles cristiana sepultura en el cementerio de la localidad”.

También se destaca que el médico, Tomás del Riego Cabezas, que ejerció desde 1929, “destacó, junto al párroco don Manuel, por su carácter conciliador, contribuyendo a que no hubiera víctimas de ningún tipo de represalias”. Y “según los testimonios, en varias ocasiones hicieron frente a algunos ”elementos“ de fuera del pueblo que pretendieron llevar a cabo algún acto de represalia contra ciertos vecinos de Villadangos. Gracias a ellos, ningún vecino murió por esta causa. De hecho, algunos testimonios afirman que en alguna ocasión lograron bajar de algún carro o vehículo militar a varias personas que iban a ser fusiladas, salvándoles, por tanto, la vida”.

Todos en el cementerio...

Con todas estas informaciones, el alcalde insiste en que “todos los testimonios reiteran y aseguran que nadie quedó sin enterrar en el cementerio, algo en lo que hacen mucho hincapié”, por lo que no cabría la existencia de una fosa común fuera del recinto. “La N-120, el monte de Villadangos, y los caminos que los cruzaban, (muchos de ellos hacia la estación del ferrocarril), eran muy frecuentados, algo a nuestro entender importante que refuerza la tesis defendida por los mencionados testimonios”, insiste.

...Pero no se sabe dónde está la fosa

De haber habido una fosa común, ésta, según el Consistorio, se habría situado en el cementerio. Pero eso no facilita las cosas porque “la ubicación es más que incierta”. “Los testimonios afirman y coinciden en que se inhumaron junto a la tapia sur del cementerio”. Sin embargo, “esta tapia hace décadas que fue demolida para la ampliación del campo santo”. Y no consta documentación ni plano alguno.

Además del derribo de la tapia, donde “la viuda de uno de los represaliados acudió muchos años a Villadangos a depositar flores”, recoge el informe de otro testimonio, “también se produjeron importantes movimientos de tierra para igualar los terrenos aledaños al lugar”. Y finalmente se cree como conclusión que “la zona donde se encontraba esa tapia ya se encuentra con varias hileras de panteones”. “No hay constancia de que durante ninguna de las obras realizadas en el cementerio de Villadangos haya sido movida o descubierta fosa común alguna”, concluye el alcalde.

El mapa con los viejos nombres

El Ayuntamiento ha realizado una la recreación de parajes de la zona, en torno al Camino de la Estación y la propia N-120, para concluir que con esos datos “debemos replantearnos algunas ideas hasta ahora ampliamente asumidas” sobre el llamado Monte de Villadangos.

De hecho, su versión es que esa recreación sobre plano descarta que “estos terribles hechos se habían producido íntegramente en los terrenos hoy ocupados por el polígono industrial, e incluso también más al norte y al noreste del mismo, donde hoy se extiende lo que queda de monte”. Y considera que “podemos afirmar ahora que los fusilamientos realmente se produjeron en las inmediaciones de la carretera N-120, a través de la cual los traerían hasta el lugar para su fatídico final”.

El alcalde de Villadangos, con estas nuevas informaciones, insta a “no crear falsas esperanzas a los familiares”, así como tampoco “preocupar a futuras empresas que en él se puedan asentar” en el polígono“.

Aquí dejamos íntegro el escrito elaborado por la Alcaldía y remitido a la asociación defensora de la Memoria Historica respecto a la violenta represión franquista en España.

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