Lago de Babia, un pueblo-museo de cinco vecinos

Foto Luis Álvarez

Luis Álvarez / Babia

Esta pequeña pedanía de cinco habitantes permanentes, perteneciente al municipio de Cabrillanes, dentro del parque natural de Babia y Luna, se ha convertido en un museo permanente, las 24 horas del día y los 365 días del año, con un proyecto denominado 'Lago de la Cultura', en el que se han implicado todos los vecinos, además del muralista Manolo Sierra y la empresa Ocho Caños.

Llegar hasta Lago es fácil. Por la carretera LE-626, viniendo desde el oeste, pasado el pueblo de Piedrafita un kilómetro adelante a la izquierda en Las Murias se coge el desvío, y si la procedencia es desde el este nada más pasar Cabrillanes a la derecha. Apenas transcurrido un kilómetro valle arriba alcanzamos las primeras casas de Lago.

A la entrada del pueblo un cartel de gran tamaño sobre una imagen de satélite de la localidad, nos va a indicar qué es lo que nos vamos a encontrar en nuestro paseo. Y señala seis puntos de interés, que componen este gran museo al natural.

Son las seis casas o edificios sobre los que el artista leonés afincado en Valladolid Manolo Sierra ha pintado sus grandes murales, narrando la historia del pueblo, de sus vecinos, de sus familias, de sus tradiciones, de sus negocios, de su tierra y de sus hábitos de vida. No es solo arte, luz y color, es etnografía, es historia y es sobre todo, belleza.

Una belleza, que se agranda con el entorno del paisaje de este pequeño, suave y agradable valle, quizá el más pequeño de todos los de esta comarca maravillosa que es Babia. Se recoge en el catastro del Marques de la Ensenada (1749), que tenía tres cuartos de legua (aproximadamente 3,7 km.) de naciente a poniente y otro tanto de norte a sur. Protegido de los vientos del este por la Peña Larga, que lo separa del valle de Piedrafita y del lado del este por la Peña Grachera, en la que de lejos se contemplan a la perfección los plegamientos geológicos que configuraron la formación tortuosa estas tierras. Que además le da a este valle un interés geológico especial, donde encontraremos fósiles de animales marinos en abundancia.

El paseo se completa con una ascensión hasta la Laguna Grande, de la que dicen toma el nombre el pueblo, por una carretera suave de poco más de un kilómetro de recorrido. Para personas con dificultades de movilidad es posible acceder hasta casi el mismo borde de la laguna en coche.

Un halo de melancolía y tristeza envuelve las leyendas de esta Laguna Grande (la mayor de toda la comarca de Babia). Que como todas las cosas hermosas, tiene una explicación del vulgo diferente a la escueta y áspera versión científica, que dice que es de origen glaciar.

Las leyendas que he podido conocer hablan del dolor de una madre o una nodriza, pastora la una, segadora la otra, al ver muerto a su niño al que unos minutos antes le habían dado de mamar. El olor de la leche atrajo a una culebra asesina que en su afán de saciar su gula de leche, ahogó al bebé que dormia placido a la sombra de un matojo uno y sobre unas gavillas el otro. El dolor de las mujeres fue tan grande, que sus gritos y alaridos conmovieron a las montañas, para que llorasen con ellas, con tal abundancia de lágrimas, que así se formó la laguna.

Un paseo al lado de las aguas es una cura antiestrés recetable para los humanos, a su derecha el puerto pirenaico de Puñín, destinado a las merinas en verano, que es una moqueta de verde tapiz más suave al caminar, que las placas de corcho que colocan ahora en los parques infantiles de las ciudades.

Y por las noches un punto de interés para los observadores de estrellas por la limpieza de sus cielos y por la nula contaminación lumínica del entorno próximo.

Una aclaración necesaria

Después de contemplar todo esto, siempre te queda la duda. ¿Cómo habrán hecho esto de los murales y por qué?. Para saberlo hay que buscar a quien nos pueda ofrecer una aclaración a esas dudas. Y nadie mejor que el alcalde pedáneo de Lago, Isidoro Bringas, principal impulsor de esta maravillosa locura. “Todo empezó tomando una cerveza con Manolo Sierra y hablando del borrado de mural, que hizo el Ayuntamiento de Cabrillanes con uno que había pintado en Piedrahita con los niños”.

De ahí surgió la idea, “yo tengo una pared, que si quieres puedes usar para hacer un mural en Lago”. Quizá la idea fuese buena, pues dio inicio a la bola de nieve que terminó en la realidad actual. Luego “hablé con los vecinos, a todos les pareció bien y comenzaron a ofrecer sus muros”. Había que darle forma y buscar ayudas o subvenciones.

A través de “Tino Rodríguez, me orienté sobre líneas de ayudas”. “Preparamos el proyecto con forma y se evaluó, costaba 57.000 euros. Lo presentamos a la Junta de Castilla y León en la línea de ayudas a Infraestructuras Turísticas en Destino, y les encantó”. La Junta subvencionó el 80% de la inversión y el otro 20% restante la propia Junta Vecinal con sus fondos. Y los vecinos arreglando sus fachadas juntando los muros y dándoles el revoque necesario para poder pintar sobre ellos.

¿Cómo consigue la Junta Vecinal dinero? Con el alquiler del puerto de merinas de Puñín, con el arriendo de los pastos de una finca que posee para ganado vacuno y con el coto de caza. Con un poco de dinero y bien administrado, han sido capaces a obrar el milagro.

Y de milagro se puede considerar el eco que ha conseguido esta realización, pues ya llevan en poco más de medio año más de 15.000 visitas, que puedan controlar a través de las conexiones que se hacen a la red wifi instalada en el pueblo con cinco antenas, para los vecinos y los visitantes. Cada persona que llega si tienen abierta la wifi de su móvil o equipo, se contabiliza en el sistema. Los que no traen móvil o equipo con wifi, esos no se cuentan.

Porque el proyecto no solo son los murales, son los carteles explicativos de cada uno de ellos, como puntos de interpretación, donde se dan las claves del mural y el porqué de cada detalle o la historia que llevó a ellos. Es la iluminación que cada mural posee con placas solares, que encienden un foco cada noche para iluminar el mural y que sea visible las 24 horas del día. Es la página web montada www.lagodebabia.es, donde se recoge toda la información necesaria para cualquier visitante que así lo desee.

Toda esta parte técnica ha corrido a cargo de la empresa leonesa Ocho Caños, que también se encarga de las páginas en redes sociales, facebook, twitter e instagram.

Nos confiesa Isidoro que lo más barato al final fue la factura de Manolo Sierra, “al que le pagamos solo 15.000 euros, que no sé si cubrirá los materiales que empleó, comenzó a pintar el 27 de julio y terminó un 24 de agosto”.

Un aviso para posibles futuros visitantes, en el pueblo no hay bar, agua sí y de mucha calidad en la fuente, pero si se quiere echar un bocado hay que traerlo. Parece ser según nos cuenta Isidoro, que lo del bar se resolverá en breve, pues algún vecino se muestra animado a poner un negocio y una empresa de Madrid está en tratos con algún propietario para adecuar una de las casas como pequeño hotel rural. Ya existe, no obstante, una casa rural para alquilar.

Si no, lo del bar, pueden hacer como ya hacían en 1586, llevarlo por vecera (turnos que se usaban para el pastoreo de los rebaños de los pueblos o en este caso para el bar, por parte de todos los vecinos del pueblo) los vecinos. Información que se puede ver en el blog, www.lascosasdeamga.es. Donde está transcrito el documento titulado “averiguación del pueblo de Lago”, que el rey mandó hacer sobre lo que tenían y de lo que vivían sus habitantes, para poder cobrarles impuestos, al final siempre es por lo mismo, cobrar. Pero al menos nos dejan documentos como este, que nos dan una idea de cómo sobrevivían en aquellos tiempos. Este blog personal de Angel Manuel García Alvarez es una visita obligada para quienes quieran adentrase en las tierras de las dos Babias, Laciana, e incluso otras provincias, una joya encantadora para los curiosos.

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