La Diputación pone de largo dos obras de carreteras en Valdelugueros y Millaró tras invertir 340.500 euros

Recepción de obras en la carretera entre Vegarada y Riopinos, acceso a la estación de esquí de San Isidro desde Valdelugueros.

ICAL

El responsable de Infraestructuras de la Diputación de León, Luis Alberto Arias, recepcionó esta semana dos nuevas obras acometidas en la red provincial de carreteras. Se trata de los trabajos de renovación del firme en la LE-2605 entre Vegarada y Riopinos, vía que da acceso a la estación de esquí de San Isidro desde el municipio de Valdelugueros, y de la estabilización de un talud en la carretera LE-3506 que une la N-630 con Millaró de la Tercia, en el término municipal de Villamanín.

Acompañado de los representantes municipales de sendos territorios, el diputado visitó el resultado de estas actuaciones que en Valdelugueros afectan a la carretera LE-2605 de acceso a la estación invernal de San Isidro, una carretera de alta montaña a media ladera que, aunque con amplia plataforma, presentaba un firme degradado por la climatología que exigía mejoras en aras de la seguridad vial, actuación que se ha llevado a cabo y se ha completado con la colocación de barrera de seguridad en tres nuevos tramos.

De este modo, se renovó el firme en un tramo de 3,9 kilómetros con dos nuevas capas de mezcla bituminosa en caliente y se han adecuado los arcenes hasta la nueva rasante con zahorra artificial. Además, se colocaron jalones de balizamiento de nieve en la margen exterior de la vía y se ha colocado la pertinente señalización vial. El presupuesto de estos trabajos ascendió de 313.164,23 euros.

En el municipio de Villamanín la obra acometida afecta a la carretera que enlaza la N-630 con la localidad de Millaró de la Tercia, que discurre en su mayor parte a media ladera por el valle del Arroyo de Millaró adaptándose al curso del mismo. Concretamente, en el punto kilométrico 2,065 había un talud vertical de roca de cerca de 12 metros de altura con dos grandes bloques inestables en cabeza (de 30 y 50 toneladas aproximadamente) que se habían fragmentado considerablemente el pasado invierno amenazando con desplomarse sobre la calzada. Ante el peligro que entrañaba, se procedió a aprobar esta obra de emergencia consistente en estabilizar dichos bloques instalando una malla de triple torsión de cabeza a pie del talud y en colocar tres bandas de cables metálicos anclados con bulones activos para sujetar los dos grandes bloques. El presupuesto ascendió a 27.392,04 euros.

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