El original e indignado aviso del radar de velocidad que más multa en León capital

En primer término, el rudimentario cartel de aviso. Al fondo, a la derecha, el radar junto a la piscina del barrio del Ejido.

Todavía no ha cumplido un año. Y sin embargo, el radar de control y multa por exceso de velocidad situado en la avenida Real, en el barrio del Ejido, junto a la piscina cubierta del polideportivo Salvio Barrioluengo, sigue siendo el que más sanciona en la actualidad e indigna a algunos conductores 'cazados' por un limitador que salta apenas superada la limitación de 30 kilómetros por hora, dejando una multa como poco de 100 euros.

El equipo cinemómetro comenzó a controlar los excesos del tráfico a finales de noviembre del pasado año, proveniente de la avenida de la Universidad, y su instalación, validación y puesta en funcionamiento coincidió prácticamente con el estreno de la obligatoriedad de circular a un máximo de 30 km/h en la práctica totalidad de la capital leonesa.

Desde entonces, han sido muchas las sanciones interpuestas por exceso de velocidad en esta larga avenida de doble y triple vía que conecta Santa Ana y el Polígono 10 con La Granja, bordeando el barrio del Ejido.

Ante esta situación, el ingenio casero de un vecino desconocido se encarga desde hace tiempo de poner sobre aviso de la presencia del radar a los conductores despistados poco antes de que, circulando en sentido a La Granja, se aproximen al aparato y se enfrente al riesgo de que una fotografía les 'cace' a más velocidad de la permitida.

Se trata de un rudimentario cartel de madera que avisa con grandes letras mayúsculas del radar situado a escasos 100 metros, junto al símbolo de un punto central del que salen unas ondas que suele identificar este tipo de aparatos, todo ello con una pintura roja muy vistosa. El cartel está colocado en la margen derecha, fijado sobre la valla metálica de un antiguo negocio de la zona, hoy cerrado.

Como quiera que a no todo el mundo le parece bien este improvisado aviso vecinal, parece que no es la primera vez que alguien se encarga de retirarlo para que no delate la presencia del radar junto a la carretera. Pero el autor anónimo del mismo ni se deja amilanar ni ceja en su empeño: ha situado debajo del principal otro cartel en el que manda un aviso directo a quienes le retiren su 'obra'. Un segundo cartel en el que ha pintado la frase: “Cartel que quitas, cartel que pongo. ¡¡Saludos!!”.

Y ya aprovechando esta acumulación de mensajes, una tercera persona ha decidido aplaudir con otra inscripción de su cosecha no sólo la determinación del 'avisador' sino su insistencia cazurra, añadiendo un “Ole tú!!” que no deja de provocar una sonrisa a quienes, caminando sobre la acera, se aproximan al lugar a saciar su curiosidad sobre esta manual iniciativa.

Etiquetas
stats