PP y UPL arremeten contra Diez por la instalación de bolardos en las calles de León

Bolardo instalado en el Puente de Los Leones de León.

Los bolardos de color verde instalados en las últimas horas en distintas calles del centro de León no sólo han sido 'atropellados' por no pocos conductores. Han sido también pasto de la crítica política. Lo hizo primero el Partido Popular, que aprovechó para censurar que los cojines berlineses de La Corredera “se han convertido en cuchillos afilados para las ruedas de los vehículos”. Y este viernes ha llegado el reproche de la Unión del Pueblo Leonés, que exigió al alcalde, el socialista José Antonio Diez, la retirada de estos elementos al entender que suponen un “peligro” para el tráfico. Su instalación se enmarca en el plan para reducir a 30 kilómetros por hora el límite de velocidad en la mayoría de los viales de la ciudad, si bien en algunas se podrá circular hasta a 50 kilómetros por hora.

La función de los bolardos sería delimitar el carril que queda reservado prioritariamente para vehículos de transporte público como autobuses y taxis, así como vehículos de movilidad personal como patinetes y bicicletas.

El PP ironiza con los “importantes cambios en la movilidad de la ciudad” anunciados en mayo por el regidor. “Puestos por la mañana, en el suelo por la tarde”, dice sobre la efímera vida de unos cuantos bolardos, al tiempo que considera que “los itinerarios de las zonas 20 y 30 son un dislate que hasta impiden en algunas vías el cambio de dirección obligando a los conductores a atravesar líneas continuas”.

Y es que los populares se hacen eco de lo que califican como “hervidero de comentarios y 'memes' sobre la última ocurrencia del alcalde”, señalan en alusión a los bolardos. “Nadie pensó”, añaden al hilo del anuncio de Diez sobre intervenciones a favor de la movilidad, “que circular por la ciudad de León se iba a convertir en una carrera de obstáculos que, en muchos casos, tendría la meta en el taller de chapa y pintura”.

“Una ciudad intransitable”

“Las prisas, la imprecisión y las chapuzas del equipo de Gobierno han convertido a León en una ciudad intransitable. Desde los 500.000 euros para pintar Ordoño hasta la 'ridiculez' de los bolardos, los cojines berlineses cortados y afilados como cuchillas, los cruces del Paseo Salamanca o Guzmán impidiendo los giros a la derecha, o el cierre del centro los fines de semana con las consecuencias que está teniendo para la hostelería”, concluyen.

Por su parte, UPL ha reclamado al Ejecutivo municipal la retirada de los bolardos tras afear que hubiera tomado esta medida “sin mayor información al resto de los grupos políticos”. “Constituyen un peligro grave para la circulación viaria y la seguridad de los vehículos, motociclistas y ciclistas”, sostienen con el agravante de que los carriles “no son lo suficientemente anchos teniendo en cuenta los giros que en esa zona se realizan”.

Los leonesistas, que dicen ver avalada su postura en “las protestas vecinales de los usuarios de la calzada”, exigen una marcha atrás al equipo de Gobierno. “Sin criticar la medida de la delimitación mediante pintura, que no afecta a la circulación, se hace preciso la inmediata retirada de esos bolardos o pivotes de plástico que, como antes decíamos, suponen un peligro y ello antes de que se produzca un grave accidente”, concluyen.

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