Las empresas textiles leonesas que han tenido que reinventarse para proteger y protegerse de la pandemia

Nuevo diseño leonés de mascarillas de Cuatro Puntadas, empresa de arreglos de León.

C.J. Domínguez

La máquina de coser de Charo ha trabajado estas últimas semanas casi como nunca antes. Y eso es mucho decir, porque su pequeña empresa de arreglos de ropa se dedica básicamente a 'quemar' este tipo de material después de 21 años de experiencia. Pero el confinamiento que trajo la pandemia del coronavirus no iba a frenar a alguien “que no para, como yo”.

“Me agobié mogollón” con su comercio -Cuatro Puntadas- cerrado a cal y canto en la avenida Padre Isla. Y encerrada en casa miraba “la máquina de coser pequeña de casa” pensando: “¿Qué hago? ¿Qué puedo hacer?”.

Es una pregunta que ha asaltado a casi todos los leoneses en este confinamiento obligado por el estado de alarma y la responsabilidad de tratar de aislar a la temida Covid-19.

Una red de 25 o 30 mujeres

Charo Losa López aún no sabía que tenía un plan. Un plan que podría no sólo mantenerla ocupada -“y vaya que si ocupada”- sino que podría darle tantas alegrías de solidaridad y, para rematar, amortiguar el seguro batacazo de su pequeña empresa. Para cuando levante este lunes la trapa de la tienda habrá sido la responsable, junto a un ejército de “unas 25 o 30” amigas y desconocidas, todas esforzadas voluntarias leonesas, de fabricar “yo creo que casi 10.000 mascarillas”.

Desde las afueras de la capital leonesa, Jorge Arrimada, responsable de calidad de la empresa Maglia Sport, relata una historia de reconversión muy similar, aunque a nivel más industrial. No en vano, su compañía lleva 36 años de experiencia en el diseño y confección de ropa deportiva y equipamientos. Pero de especializados en ciclismo, deporte por cierto prohibido durante semanas, pasaron de la noche a la mañana a especializarse en mascarillas, batas, gorros, buzos y calzas. La protección sanitaria era la prioridad. Y lo supieron ver.

El éxito es abrumador, admiten: “Estamos a destajo, sobrepasados, necesitaríamos jornadas de otras 24 horas”, explica muy gráficamente Arrimada. Con una web ya especializada en el nuevo material, todo son llamadas, encargos, peticiones, envíos. Y eso que no fue fácil homologarse oficialmente y “adaptarse a la normativa en tiempo récord”.

“No nos vamos a dedicar a esto”

Sin embargo, “el 14 de marzo todo estaba listo” para producir, adaptando “desde máquinas a agujas” y bajo “mucha presión”, admite. Pero el resultado es plenamente satisfactorio, porque el reto está cumplido e incluso han podido dedicarse a “donar bastantes cosas” en los momentos más duros. Porque Maglia tiene claro que este viraje del deporte a la sanidad es “para salir del paso y ayudar, porque los precios son ridículos, pero nunca hemos pensado en hacer dinero y no nos vamos a dedicar a esto”, admiten. Se llama sólo sobrevivir en un tiempo incierto y duro.

Frente a su máquina de coser, Charo comparte estas ideas, aunque admite que las mascarillas, que ahora están empezando a personalizar -las hay del Real Madrid, del Barcelona, de la Cultural o de la bandera de León, el 'último grito'- “cuando reabramos serán nuestro enganche inicial para los primeros clientes, porque pocos vendrán al principio”.

No en vano, admite que mucha gente ha conocido su empresa de arreglos en estos duros tiempos. “Porque hemos regalado muchas, a policías locales, por ejemplo, que fue como empezamos, o a una mujer que limpiaba portales y no tenía ninguna protección”, recuerda, entre otros muchos lamentables casos que ayudaron a aliviar.

Mayton, “desbordado” en lo sanitario

Además de estas experiencias más de andar de casa en casa, con tantas manos femeninas queriendo ayudar, las hay más profesionales, como las de Confecciones Mayton. Un emporio textil que tiene su 'cerebro' en el leonés polígono industrial de Onzonilla y que ya está consolidado a nivel nacional, y también fuera de las fronteras españolas, con su línea de vestuario laboral que lleva décadas de éxito.

Una portavoz declina muy amable detallar en qué ha consistido su trabajo en plena pandemia, pero admite que “nosotros tenemos ya experiencia, ya suministrábamos material sanitario, y claro, ahora no hemos parado, estamos desbordados” de pedidos, aunque lo lleven “con discreción”.

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