Un vecino lucha contra la desidia municipal por el “vertedero” consentido junto a la Plaza del Grano de León

"Las mayores ratas de León aquí, no se lo pierda", reza el cartel colocado por un vecino harto de la desidia municipal.

La desidia del Ayuntamiento de León ha provocado el hartazgo de un vecino de la conocida Plaza del Grano de León a causa del calamitoso, sucio e insalubre estado de un solar situado en las inmediaciones de este querido rincón patrimonial de la capital leonesa, en pleno Casco Histórico de León y al paso del Camino de Santiago.

En concreto, este vecino indignado instaló hace ya casi dos semanas una serie de irónicos carteles en la valla que delimita esta finca situada en la confluencia de las calles Hospicio (que baja de San Francisco) y Herreros (continuación de la Rúa).

En esos carteles, y en dos idiomas, es decir, traducidos al inglés para la compresión de los muchos peregrinos que pasan por la zona, manifiesta su hartura ante el silencio y la inacción de la Concejalía de Urbanismo y Medio Ambiente que preside la concejala Ana Franco tras “varios años tratando de que el Ayuntamiento o la policía actúen ante la situación de abandono”, la cual, además de permitir la constante acumulación de toda clase de residuos está provocando la aparición de roedores, ratas y ratones.

Un escudo de León... con rata

En los carteles -muchos ya han sido retirados, pero no adecentada la zona- se puede leer textualmente: “Estimado vecino, turista, peregrino: por favor, continúe arrojando su basura aquí como hasta ahora. Gracias”, con su correspondiente traducción al inglés. El escrito, plastificado y adherido a la valla de obra que permanece en la zona desde que concluyera la polémica reforma de la Plaza del Grano, viene decorado con un escudo supuestamente de León en el que el león rampante es sustituido por una rata.

Otro escrito, a modo de 'reclamo' turístico, reza: “¡Las mayores ratas de León! aquí, no se lo pierda”. “Don't miss the show”, traduce a continuación.

Un derrumbe por desinterés

Y es que la historia de este solar en un rincón tan entrañable de la capital leonesa es la historia de una dejadez constante por parte del equipo de Gobierno que preside el alcalde Antonio Silván. Porque hay que recordar justo hace cinco años la humedad y el abandono de la vivienda por parte de sus propietarios, a los que no se ha localizado, acabó con el derrumbe del inmueble que estaba allí construido, sin causar víctimas por fortuna, pero sí considerables inconvenientes en la zona. Hacía meses que los vecinos del edificio colindante venían advirtiendo de aquel peligro sin que nadie hiciera caso desde el Consistorio.

En ausencia de la propiedad, el Ayuntamiento derribó la vivienda pero el vecino que ahora protesta recuerda que ya se hizo “sin demasiado cuidado, dejando las medianeras del edificio colindante a medio limpiar, permitiendo que se mantuviera el ”riesgo evidente“ de nuevos desprendimientos, y durante años con el solar sin vallar.

Un aparcamiento consentido por el PP en pleno Camino de Santiago

Este espacio que quedó exento fue aprovechado durante años como aparcamiento improvisado, con plena anuencia municipal, que no tomó medida alguna para impedirlo, permitiendo así un lamentable aspecto en pleno Camino de Santiago, entre otros problemas.

Para cuando el equipo de Gobierno del PP decidió impedir el acceso de vehículos a la zona fue porque le tenían otro destino al terreno: darle permiso a la empresa que ejecutó la polémica y muy criticada reforma de la nueva Plaza del Grano para hacer allí acopio de todo tipo de materiales utilizados en las diferentes fases de aquel contestado proyecto municipal en uno de los rincones más entrañables y queridos por los leoneses.

El vecino harto que ha promovido la protesta ahora recuerda que se trató de una “ocupación por parte del Ayuntamiento del solar”, ya que éste es privado, aunque los dueños no den señales de vida.

Los restos de una polémica obra; y ahora basura

Desde que las obras de la nueva Plaza del Grano concluyeran, a finales de junio de 2018 y a pesar de la inmensa contestación social en León, en el terreno vallado quedaron sacos, escombros y material diverso que aún se pueden ver. Y al que se ha sumado nuevos residuos que algunas personas no dudan en ir arrojando a la zona, como bolsas de basura, latas, plásticos, materiales de construcción, y hasta el antiguo cierre metálico de un local cercano. Todo esto sin que el Ayuntamiento haga nada por impedirlo ni tampoco por adecentar la zona.

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