León, ciudad vallada

La vista del Palacio de los Guzmanes y el edificio de Yalex desde San Marcelo.

El mes de marzo parece haber sido el elegido al unísono para que la ciudad de León se ponga de reformas. El centro de la capital leonesa acumula estos días infinidad de monumentos, de edificios, plazas y calles 'decorados' con andamios y vallas de obra, todos al mismo tiempo.

Hay quien opina que no es precisamente la mejor imagen que la ciudad puede ofrecer, dado que por ejemplo algunas de esas obras mantienen parcialmente tapados lugares de tanto tirón turístico como el Hostal de San Marcos, embarcado aún por mucho tiempo en el proyecto de la primera fase de la reforma del Parador Nacional; el céntrico Palacio de los Guzmanes, sede de la Diputación en el corazón de la ciudad; o incluso la Catedral de León, que al tapado por restauración de su vidriera central une el hecho de que esta semana se hayan estado pintado las verjas exteriores.

Otros, en cambio, ven en esta coincidencia un signo de que la ciudad se engalana y mejora de cara a uno de los momentos de más afluencia turística, como es la Semana Santa, y aprecia en la multitud de obras no sólo la cercanía electoral sino un signo de que León mantiene cierta actividad, al menos en el sector de las reformas.

Pero no sólo a los monumentos afecta este aspecto andamiado. El céntrico Hotel Conde Luna, por ejemplo, está terminando de cubrirse por completo en sus dos fachadas para acometer una reforma integral de su aspecto exterior.

En el entorno de la Catedral, la fachada de lo que será en el futuro el nuevo y polémico Museo Diocesano y de Semana Santa que acomete el Obispado de León pero con abundantes aportaciones económicas públicas mantiene cubierta parte de su fachada en la calle que une la seo leonesa con la Plaza Mayor, es decir, la calle Mariano Domínguez Berrueta.

Al otro lado de la Plaza de Regla, el edificio quemado hace años en la Plaza de San Pelayo, desde entonces permanece aún con andamiajes y vallas de obra, afeando el aspecto de una plaza de acaba de ser rematada -no sin polémica, por enterrar bajo el nuevo adoquín y sin musealizar unos valiosos restos romanos de los Principia fundacionales de la ciudad-. La calle aledaña de San Pelayo tampoco se ha rematado aún.

Calle Ancha abajo, en el acceso más transitado al turístico y bullicioso Barrio Húmedo, las calles Cardiles y Platerías continúan siendo objeto de las obras del Plan de Reforma del Casco Histórico que el equipo de Gobierno del PP decidió acometer privatizando los trabajos, como hiciera en San Pelayo.

Y el aspecto más llamativamente cubierto se lo cobra el Palacio de los Guzmanes, que desde la Plaza de San Marcelo (Plaza de las Palomas) ofrece un aspecto aun más afectado por la proximidad del edificio cercano que albergó el comercio de Yalex, que tras meses paralizado aún sigue estando cubierto para impulsar un nuevo restaurante.

No muy lejos de la sede de la Diputación, en la calle Ruiz de Salazar que se dirige al otro monumento más destacable de León, la Colegiata de San Isidoro, otro edificio anexo a la muralla medieval también está de reformas, completamente oculto tras los andamos.

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