Las casi imposibles maniobras de descarga en el Mercadona de Santa Ana en León

Los empleados del Mercadona de Alcalde Miguel Castaño se encargan a diario de intentar regular el tráfico para que los camiones accedan marcha atrás al garaje en el que caben por pocos centímetros.

La práctica totalidad de las noches del año se produce un 'punto negro' de tráfico en una avenida principal de León, la avenida Alcalde Miguel Castaño. El motivo es siempre el mismo: las complejas maniobras que los camiones de suministro de mercancías de Mercadona se ven obligados a hacer para depositar los productos en el almacén de la tienda que la cadena tiene en el barrio leonés de Santa Ana.

El acceso a la tienda adolece de un espacio diáfano o una zona de carga y descarga. De manera que casi todas las noches, a partir del cierre del comercio al público a partir de las nueve y media de la noche, los camiones cargados con la mercancía acceden a la entrada del garaje de la tienda que tiene accesos para los compradores por la propia Miguel Castaño, la avenida de José Aguado y la calle Octavio Álvarez Carballo, situándose ese garaje en la primera de las avenidas.

El problema estriba en que los vehículos de largas dimensiones se ven obligados a maniobrar marcha atrás para entrar en un garaje cuyo tamaño está demasiado ajustado al de los propios camiones, dejando apenas unos centímetros por cada lado y en la parte superior para el acceso. De manera que, mientras los empleados de la tienda han de salir a la avenida a cortar el tráfico tanto de subida como de bajada, los transportistas de Mercadona han realizar una compleja maniobra que paraliza también la salida desde la propia plaza de Santa Ana, donde se sitúa la iglesia del mismo nombre.

Los días en que los nervios están templados y el pulso del camionero ajustado, y aunque parezca mentira, los camiones entran en cuestión de escasos minutos, aunque por momentos parezca no haber espacio suficiente para los vehículos en el acceso al garaje. Es incluso habitual que las personas que caminan a esas horas por la zona se paren a disfrutar de tan complejas maniobras.

Pero cuando no resulta bien a la primera, las colas de tráfico se alargan y los conductores se ponen nerviosos, llegando a saltarse las indicaciones de los empleados de la tienda, que con una señal de stop en la mano intentan, a veces en vano, que los conductores esperen a que el camión haya concluido su difícil maniobra.

Es el problema que suele provocar la carga y descarga en comercios tan concurridos y céntricos como éste, o el situado en la avenida Padre Isla. En éste, la última reforma ya tuvo en cuenta que el corte de un carril cada noche se convertía también en un problema de tráfico y fluidez, de manera que se habilitó la zona de descarga en un acceso nuevo abierto por la calle Ramiro Valbuena.

Otros como los Mercadona de la Universidad o el acceso a Puente Castro, con edificios exentos y construidos sobre nueva planta, tienen resueltos estos inconvenientes desde su diseño inicial.

Etiquetas
stats