Ningún informe oficial avaló la supuesta ruina de la casa más antigua de León que se derribó

El antes y el después de la vivienda antigua de la carretera de los Cubos, cuyo derribo fue autorizado por el Ayuntamiento de León y Patrimonio de la Junta.

No hubo expediente ni declaración de ruina. No se elaboró un informe específico por parte del Ayuntamiento de León ni tampoco por parte de la Comisión Territorial de Patrimonio, que otorgaron licencia el primero y autorización el segundo para el derribo de la que se consideraba la casa más antigua de León, a pesar de contar con un nivel de protección de nivel 3 del Plan Especial de Ordenación, Mejora y Protección de la Ciudad Antigua.

Hablamos de las conocidas viviendas del número 25 de la calle Carreras y la contigua situada en la calle Pelayuelo, visibles desde la carretera de los Cubos y su controvertido derribo el pasado mes de mayo, antes de publicar iLeon.com en exclusiva que las propiedades correspondían a la familia Carpintero y, por lo tanto, una parte a Miguel Carpintero Suárez, el alto funcionario del Ayuntamiento leonés y secretario de la Comisión de Urbanismo, Patrimonio, Infraestructuras y Desarrollo Sostenible que preside la concejala del PP Ana Franco.

Hay que recordar que este funcionario, al menos, se ha inhibido de cualquier decisión o reunión sobre el asunto que personalmente le afectaba.

Vista aérea del destrozo causado, sin que el Ayuntamiento haya hecho nada por evitarlo. / @osrubi0

Según se confirmó ayer en el seno de esta Comisión Municipal de Urbanismo, los únicos informes del supuesto estado de ruina de la edificación derribada habían sido incorporados a instancia de parte. Se trata de un informe realizado por la empresa Decolesa, contratada por la familia Carpintero, en el que se aseguraba que los inmuebles corrían un serio peligro de derrumbe. Este informe fue elaborado a finales del pasado año 2016.

La Concejalía de Urbanismo se limitó a dar por buena esta información, sin cotejar por su parte si estaba en lo cierto o no lo estaba, ya que no elaboró informe alternativo alguno, ni mucho menos un expediente de ruina previo. Algo que tampoco comprobó Patrimonio de la Junta cuando el 22 de febrero también dio su 'ok'.

A pesar de ello, la concejala Ana Franco llegó a asegurar ante los micrófonos de Radio León que desde febrero de 2016 se habían apreciado “graves fisuras que probablemente iban a provocar un desprendimiento” y que podía “haber provocado accidentes mortales”, causa última que justificó la decisión de echarla abajo en su mayor parte. Eso a pesar de que en ese año y dos meses transcurridos su departamento Ayuntamiento de León jamás impidió puso en marcha medida alguna para la integridad de peatones y conductores impidiendo en paso por la zona.

Ahora el solar ha sido cerrado con un muro que se ha pintado, incluyendo la planta baja de la fachada de la casa que según algunas fuentes provenía de finales del siglo XV o principios del XVI, y que la propia Franco aseguró que más bien databa del siglo XVIII. La concejala no ofreció ayer respuesta o información alguna en la Comisión que debatió este nuevo escándalo patrimonial, ya que tuvo que ausentarse de la sesión por tener una cita en el juzgado, según explicó a los asistentes.

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