Godello es femenino

ICAL (I a D): Eva Blanco, de Bodegas Estefanía, María José Alba, de Bodegas Godelia, Elena García, de Bodegas Valtuille, y Ada Prada de Bodegas Mencía de 2, organizadoras del evento 'Godello&Ostra', que se celebra en Cacabelos. / ICAL

D. Álvarez / ICAL

Los vinos del Bierzo están aumentando su reconocimiento en los mercados internacionales, especialmente de la mano de la variedad mencía. Pero no sólo se hace tinto en la comarca. La variedad godello es otro de los grandes patrimonios vinícolas del territorio y los blancos elaborados con este tipo de uva se agotan año tras año, debido a su limitada producción. Un evento en el que el godello maridará con ostras, con el objetivo de resaltar el carácter “glamouroso” de este vino, reunirá el próximo fin de semana a cuatro bodegas bercianas en las que las mujeres juegan un papel principal, como muestra del desembarco femenino en un sector tradicionalmente ligado a los hombres. “Es la era del godello y la era de la mujer”, explican.

Y es que el peso de la tradición es importante en un sector como el vinícola, aunque en algunas ocasiones actúe más bien como una rémora. Sin embargo, dentro del torbellino de cambios a los que se está viendo sometida esta actividad, una de las grandes revoluciones ha tenido que ver con la presencia cada vez más importante de mujeres a lo largo de la cadena de valor. Si su peso como clientas se ha multiplicado, en la producción su papel no se limita a las tareas administrativas o de laboratorio, sino que cada vez es más habitual encontrar viticultoras, enólogas, sumilleres o periodistas especializadas, dispuestas a romper el tópico que identifica al vino como 'cosa de hombres'.

En el Bierzo, una de las precursoras fue Ada Prada, responsable de la bodega D.2 y del restaurante La Moncloa de San Lázaro, en Cacabelos, lugar donde se celebrará el evento. La anfitriona recuerda que en sus inicios, hace más de 20 años, gozó del respeto de los vecinos, pese a ser “una chavalina”. “Serán cosas del matriarcado berciano”, bromea. “Es un sector que a priori podría parecer machista, pero la mujer ha trabajado toda la vida”, recuerda.

En ese sentido, coincide con Elena García, responsable de la bodega Vinos Valtuille. “En el Bierzo, la mujer siempre ha trabajado en el campo, no hay una tradición en la que la mujer no haya tenido su papel, venimos de una tradición de igualdad en cuanto al trabajo, ahora se refleja esa realidad en los puestos de responsabilidad”, explica.

Gracias a ese proceso, situaciones en las que el camarero pregunta sobre el vino sólo al hombre o en las que el cliente de la bodega pregunta por el jefe son cada vez menos habituales. “A mí nunca me ha pasado”, asegura Ada. “A mi tampoco”, responde Eva Blanco, de Bodegas Estefanía, que insiste en que “la gente del mundo del vino respeta mucho la figura femenina y no diferencia en quién manda”. “Vivimos la era de las mujeres y la del godello”, asegura.

Por su parte, María José Alba, que es administradora de bodegas Godelia, remarca que “el sector del vino ha cambiado mucho porque la sociedad en general ha cambiado mucho, ahora hay más mujeres en todos los sectores”. Los vinos de esta bodega presumen de la “femenina delicadeza” con las que los elabora la enóloga de la empresa, Olga Verde, que volverá de su viaje a Estados Unidos a pocos días del evento.

Todas ellas son “un reflejo de la realidad”, una muestra de la llegada imparable de mujeres a puestos de responsabilidad que durante años les han sido vetados, especialmente porque el evento no tiene un carácter reivindicativo feminista, sino que la casualidad ha querido que las cuatro bodegas implicadas tengan un marcado carácter femenino. “Esto fue una propuesta que surgió como una idea de amigas, un enredo”, reconoce Ada.

En ese sentido, y pese a que la cita se centra en la variedad godello, huyen del 'cliché' que asocia a la mujer con vinos claros, dulces y de poca graduación. “Yo soy de tinto”, defiende Elena. Y no es la única. De hecho, en la última edición de los premios internacionales Vino y Mujer, un concurso con un jurado íntegramente femenino que valora, además, la participación de la mujer dentro de los procesos de elaboración y comercialización del vino, más de la mitad de los galardones recayeron en tintos.

Por eso, el evento se concibe más bien como “una fiesta para dar la bienvenida al verano con el vino blanco característico del Bierzo” y para “dar a conocer las características de esta variedad en la zona”. Los aromas frutales y el punto de acidez, unidos a su carácter fresco, hacen que estos caldos se valoren especialmente en el extranjero, por lo las organizadoras también buscarán “impulsar el consumo y exportar la idea del blanco del Bierzo”. “Que cuando alguien vaya a Madrid a pedir un vino, se le ocurra pedir un godello”, explica Eva.

Godelia Blanco, Condegalo, Tilenus Godello y Pago de Valdoneje Godello serán las referencias comerciales que podrán degustar los asistentes a la cita, que tendrá lugar el sábado 25 a partir de las 12 horas en la terraza de verano del restaurante de la villa del Cúa y que estará amenizada por los “ritmos acuáticos” de DJ Leo. “¿Qué mejor manera de celebrar la jornada de reflexión?”, se pregunta Ada.

Producción pequeña

Aunque es una de las variedades bandera en la viticultura de la comarca, la uva godello sigue siendo 'la hermana pequeña' de la mencía, con un peso que ronda el diez por ciento respecto al total de la producción de las bodegas. “El problema está en que no hay más derechos de plantación, así que si aumentamos capacidad de godello, perdemos mencía”, explica Eva, que atribuye la situación al hecho de producir en una zona pequeña y de tener la producción limitada por razones de protección de la calidad.

Además, de las pocas botellas de godello que llegan a etiquetarse, es mayor la parte de la producción que se destina a la exportación que la destinada al consumo interno. “El problema es que hay poca producción y mucha demanda y los vinos llegan antes a Canadá, a Japón o a Suiza, que aquí”, asegura Eva, que lamenta que en la comarca “la gente no está muy acostumbrada a pedir godello”, quizás debido a la falta de “esfuerzos comerciales” para vender el producto en su lugar de elaboración.

Sin embargo, María José asegura que el caso de Godelia es diferente. Con ese nombre, nobleza obliga, la bodega dispone de más excedentes de esta variedad y se ve obligada a “abrirse al mercado local”, aunque reconoce que “la producción nunca llega al año siguiente, siempre se acaba”. Tras la plantación de tres nuevas hectáreas para dar valor a los caldos elaborados con esta variedad, el godello representa más del 30 por ciento de la producción de la bodega situada en Pieros.

Etiquetas
stats