Los alcaldes de Luyego, Lucillo y Truchas piden al Gobierno que desmantele el campo de tiro del Teleno

Visión aérea de parte de la superficie arrasada en el campo de tiro del Teleno. / Briftabuyo

Astorga Redacción

Los alcaldes de Luyego, Luis Martínez; Lucillo, Pedro de Cabo; y Truchas, Francisco Simón, han enviado una carta al director general de Infraestructuras del Ministerio de Defensa, Luis Cebrián Carbonell, para invitarlo a visitar el área quemada en el incendio del campo de tiro del Teleno, que todavía permanece activo después de 14 día desde su inicio, y que lleva calcinadas más de 4.000 hectáreas, 360 de ellas fuera del área de maniobras, para que conozca “de manera directa la situación y reciba el sentir de sus gentes”.

Los tres alcaldes, respaldados por las juntas vecinales de Boisán, Filiel, Luyego, Quintanilla, Villalibre, Villar de Golfer, Priaranza y Tabuyo, recuerdan al director general que los incendios “ocasionados por sucesos naturales son imprevisibles; los derivados de la actividad militar, tras tantas experiencias vividas, son imperdonables”. Por ello, exponen directamente en la carta que “quizá es momento, ya trascurridos muchos años, de valorar la posibilidad de acabar con el campo de maniobra y tiro y con las actividades que en él se desarrollan”, dado que existen otras formas de adiestramiento y evaluación gracias a las nuevas tecnologías con “simuladores, modelos de previsión, comportamiento y evolución de fenómenos, el procesamiento y análisis de datos, ya están presentes en todos los ámbitos (también en la lucha contra el fuego y, sin duda, en el ámbito militar)”, que hacen innecesaria la ocupación del espacio natural.

En la petición de que finalicen los ejercicios de tiro con fuego real al lado de sus montes, también incluyen la eliminación de “todos los riesgos derivados de años de uso militar” y la búsqueda de otro modelo de desarrollo basado en el medio ambiente, con la “recuperación de los servicios ambientales del ecosistema implicado”, así como la conservación y disfrute de la flora y la fauna, los uso tradicionales, el uso comercial y recreativo del monte, “en fin, una orientación distinta que solo implementándose podrá alcanzar el rango necesario para su comparación con otras que se estima, ya han sido de peor resultado”.

En la carta, los responsables municipales y de las pedanías ponen de relieve que “el uso de fuego real y sucesos de carácter natural, generan periódicamente conatos o incendios de mayor o menor magnitud”, dentro de la zona de caída de proyectiles del campo de tiro, que “impiden intervenir de una manera inmediata, rápida y directa” y acaban en desastres ecológicos como el incendio que todavía permanece activo o el ocurrido en 1998 que calcinó más de 4.000 hectáreas, principalmente, de los pinares de Tabuyo.

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