Muere el último guardián de las esencias de la herrería maragata, José Ares

Eduardo Margareto / ICAL José Ares seguía trabajando en la fragua de Valdespino de Somoza con 92 años, en la imagen.

Astorga Redacción

Valdespino de Somoza ha amanecido este lunes de finales de octubre con un sentimiento de orfandad en sus calles. Ha muerto José Ares Blas, Pepe el herrero, el guardián de las esencias de la herrería en Maragatería que traspasó las fronteras comarcales para convertirse en una referencia en la etnografía provincial.

Pepe nos ha dejado a los 97 año. Los vecinos de Valdespino de Somoza sabíamos que la partida era inevitable desde que la chimenea de la fragua dejó de echar humo hacía ya meses y la presencia del herrero en las calles se borró hasta convertise en eco.

La esquela de Pepe en la puerta de las escuelas de Valdespino de Somoza nos recuerda que se nos ha ido una de las memorias del pueblo, el hilo que nos conectaba con aquel modo de vida pasado y que la herrería, al pie de la carretera de Astorga, es el mejor registro. Allí siguen sus navajas, la fragua, el yunque, la piedra de afilar, la azuela, los martillos..., herramientas atesoradas desde que a los 14 años aprendió el oficio con su tío Francisco.

Si por algo será recordado será por conservar el sistema de funcionamiento romano de la fragua con el enorme fuelle manejado con una polea, la tobera exhalando el aire que mantenía el fuego, la campana, el pilón de agua para enfriar los hierros al rojo vivo.

Allá donde esté ahora a buen seguro que seguirá trabajando (era incansable), o subiendo algún monte para cortar con el hacha la 'morena', o sacando a las ovejas, porque también fue pastor. Los que aquí nos quedamos, seguiremos recordando su última imagen: una figura encorvada con sombrero sempiterno y cacha en mano recorriendo los caminos. D.E.P.

Etiquetas
stats