“Esta es una oportunidad excepcional de redefinir la sociedad que queremos”

El psicólogo leonés Julio César Álvarez

Antonio Vega

Julio César Álvarez, psicólogo y escritor leonés, vuelve a las páginas de ILEÓN para analizar la desescalada hacia la llamada “Nueva normalidad”. Tras analizar en una entrevista al principio de la cuarentena sus consecuencias para nuestra salud mental responde ahora a un cuestionario más social en la dura transición para dejar atrás los momentos más duros de la pandemia.

Álvarez, director de Valenda Psicólogos, Máster en Psicología Clínica y Psicopatología y colaborador con el CSIC, analiza la intencionalidad del lenguaje, si estamos preparados para la “nueva normalidad” y las consecuencias en la sociedad del confinamiento y la crisis económica provocada por el parón obligado por la Covid-19. En su análisis señala una ventana de oportunidad importante, la posibilidad “redefinir la sociedad que queremos y acordar dónde vamos a fijar nuestras prioridades”.

Hemos inciado una nueva etapa, de poco a poco ir saliendo del confinamiento total, ¿será fácil adaptarnos a estas fases y ser disciplinados socialmente viendo que la libertad total puede tener un horizonte cercano?

Es posible. En situaciones de sufrimiento emocional, el ser humano tiende a comportamientos polarizados. Es decir, parálisis o movilidad. Creo que esos espacios intermedios resultan más difíciles y complejos. Habrá personas que tiendan a encerrarse, ya hay quien apunta a un probable temor a salir de casa en un número significativo de personas. Del mismo modo, creo que la sociedad, en general, ha estado a la altura y ha sabido mantener la cuarentena lo mejor posible. Puede que ese mismo esfuerzo también se produzca en la denominada “desescalada”, aunque es complicado saberlo con certeza. Nuestra tendencia sin embargo es a “todo o nada”. Ahora es más importante que nunca entender que estamos en una fase intermedia, que todavía nos quedan grandes retos que superar como conjunto.

En situaciones de sufrimiento emocional, el ser humano tiende a comportamientos polarizados

En caso de que se produzca vuelta atrás y tengamos que volver a confinarnos ¿Cómo puede afectarnos? ¿Qué actitud hay que tener?

Existe una alta probabilidad de que se produzcan nuevos confinamientos hasta que la situación esté totalmente controlada. Es clave aceptar esta hecho, eso ayudará sin duda a integrarlo. El lenguaje es muy importante en este caso. Entender esta situación como un retiro es preferible a plantearla como confinamiento (que prácticamente es un sinónimo de pérdida de libertad). Definir como retiro nos ayuda a cuidarnos, avanzar, tomar en cuenta aspectos y áreas de nuestra vida que habíamos aplazado para trabajar en ellas. Si esto no se produce, las reacciones de muchos irán desde la frustración (y la consiguiente agresividad) pasando por la angustia hasta patologías severas. De lo que se trata es de mitigar los efectos negativos de esta nueva situación. Por ejemplo, el insomnio es ahora más frecuente. Hay que entender que la falta de movimiento, las preocupaciones e idéntico consumo de calorías no ayuda a dormir bien. Es imprescindible la necesidad de pasear o hacer deporte. No estamos diseñados para estar inmóviles.

Sin duda estar básicamente encerrados un mes y medio tiene consecuencias psicológicas en todos. Cuáles son los síntomas que si detectamos debemos pedir ayuda profesional...

Supongo que con el tiempo hablaremos de un síndrome de estrés postraumático específico relacionado con el Coronavirus. Con toda una serie de síntomas que marcarán a varias generaciones. Aunque al contrario de lo que indican algunos, los niños serán en general los que mejor se adapten. Su capacidad en ese sentido es increíble. En la población general es muy probable que se acentúen patologías vinculadas a ansiedad y depresión. Aparecerán fobias de contaminación, aumento del consumo de tóxicos y una largo etcétera debido a la excepcionalidad de esta situación. Los miedos básicamente aumentarán y de ahí surgirán las posibles dificultades. Y sí, resulta necesario pedir ayuda profesional cuando el malestar físico o emocional imposibilita una vida de calidad. Y en este sentido, la detección precoz es fundamental.

Supongo que con el tiempo hablaremos de un síndrome de estrés postraumático específico relacionado con el Coronavirus

Con la pandemia del Covid estamos viendo un nuevo lenguaje, por ejemplo el Gobierno usa un enfoque bélico al referirse a la guerra sanitaria o bautizar la situación pos-Covid como “Nueva normalidad”. ¿Crees que esto tiene intencionalidad social y es adecuado o lo dejamos en simple lenguaje político?

El lenguaje lo transforma todo. Mucho más incluso de lo que creemos. Normalidad siempre ha sido una palabra especialmente tramposa. Sobre todo porque no existe como tal, y menos después de una situación así. Respecto al planteamiento bélico, se persiste en la idea de un conjunto frente a un enemigo común. Lo que estimula la unidad de grupo. La cuestión es que este es un país permanentemente dividido, por lo que muy pronto veremos si la fórmula funciona o no. De todas formas, más allá de otras cuestiones, es previsible cierto descontento social.

¿Crees que realmente habrá una “Nueva normalidad? ¿Pero será temporal hasta que tengamos por ejemplo una vacuna o será duradera?

El mundo ha cambiado. La realidad ha tomado otra forma. Por lo que me parece aventurado utilizar la palabra normalidad para definir esta inminente situación. Creo que es una técnica meditada para aproximarnos a ello, pero eso no asegura su cumplimiento. La vacuna nos acercará a los viejos hábitos. Aunque para entonces todo habrá cambiado. Ya seremos diferentes, con lo que eso puede suponer. Aunque suene a frase hecha, creo que esta es una oportunidad excepcional de redefinir la sociedad que queremos y acordar dónde vamos a fijar nuestras prioridades.

Una sociedad que pasa por un trauma de este tipo, ¿Será una sociedad más dócil o más crítica? ¿Crees que puede haber agitación social y/o política a corto o medio plazo?

Entramos en una etapa nueva y desconocida. (...). Creo que tenemos todo por hacer. Y eso podría ser interesante

Como señalaba, es posible un descontento social en aumento amparado por una frustración que no dejará de crecer. Nos adentramos en un terreno inhóspito donde será difícil canalizar el malestar por las vías tradicionales. La agitación social suele seguir unos patrones fijos. Primero hay una etapa de contención y acumulación de tensión para luego dar paso a una posterior explosión. Habitualmente esa explosión no se produce por la cuestión más relevante, sino por un hecho puntual que desencadena esa reacción. Pienso en los altercados de Los Ángeles en 1992, cuando Rodney King fue agredido y la comunidad afroamericana incendió literalmente la ciudad. Llevaban varios años de abusos y grave discriminación racial, pero que los agresores de King resultaran absueltos fue el detonante que precipitó los acontecimientos. Pero incluso eso ha cambiado también, porque las reacciones hoy están más diluidas y se enfocan hacia las redes sociales.

Las previsiones del Gobierno y generales son que tengamos una crisis económica tras el parón del Covid, ¿Cómo lo llevará la sociedad y sus individuos cuando de la anterior no se terminó de salir del todo?

Como afirmas, creo también que nunca salimos realmente de la anterior recesión económica. Convivir con ella era una parte natural de nuestras vidas. Pero esta situación no solo acentúa el proceso anterior, sino que lo intensifica y acelera. Entramos en una etapa nueva y desconocida. Se reestructurará todo el tejido laboral y social. Habrá destrucción de empleo y la consiguiente fisura que todavía no se ha planteado cómo resolver. Creo que tenemos todo por hacer. Y eso podría ser interesante.

Etiquetas
stats