La batalla por la Plaza del Grano sigue viva en un juzgado de Madrid

Daños en el nuevo empedrado de la Plaza del Grano.

Antonio Vega

La obra más polémica del mandato de Antonio Silván como alcalde de León, la reforma integral de la Plaza del Grano por 600.000 euros, fue entregada a mediados del 2018 pero la batalla que generó a favor y en contra no ha terminado todavía, aunque se dirime en Madrid.

Las asociaciones leonesas 'Mocedá en Pie' y 'Red Vecinal' y los 'Guardianes de la Plaza del Grano' mantienen en el Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM) un contencioso contra el Ministerio de Cultura, al que han demandado por haber obviado los requerimientos para que interviniera en las autorizaciones ejerciendo su capacidad de alta inspección. El TSJM dirimirá ahora si Cultura miró para otro lado vulnerando la legalidad.

EL pleito está financiado gracias a decenas de donaciones que recibieron estas entidades y que sufragan los costes judiciales e informes periciales. En los primeros meses del año está previsto que se celebre en Madrid una vista en la que se expongan informes y argumentos sobre cómo se desarrollaron las autorizacione y obras de la icónica plaza del Barrio Húmedo de León.

Este juicio sigue la llamada vía 'Cabanyal', en referencia a un barrio de Valencia que se salvó de la destrucción al demostrarse su valor histórico y la inacción del Ministerio de Cultura, quien en último término tiene la obligación de vigilar el cumplimiento de la normativa por otros entes administrativos. El barrio valenciano era Bien de Interés Cultural y, pese a ello, la por entonces alcaldesa Rita Barberá aprobó un plan urbanístico que lo derribaba parcialmenta para realizar una nueva vía de acceso al mar desde el centro de la ciudad. El Supremo y el Constitucional sentenciaron años después que “los casos de expoliación del patrimonio cultural son competencia del Estado” y le obligó a actuar anulando el plan urbanístico.

Bajo la premisa de una triple protección de la Plaza del Grano, recogida en informes oficiales, los defensores de la antigua plaza y que rechazan la reforma ejecutada pidieron al Ministerio de Cultura que interviniera, obteniendo silencio por toda respuesta. Ahora el Ministerio tiene que explicar en los tribunales las razones para no actuar en León, pese a que en una acción coordinada se le mandaron cientos de cartas denunciando las obras, y el TSJ dirimirirá si la reforma se ajustó a la legalidad o no. El Ayuntamiento de León, pese a ser notificado, no se ha personado en este procedimiento.

Los demandantes recuerdan la protección de la Plaza, obviada tanto por el Ayuntamiento de León como por la Junta de Castilla y León al aprobar las obras. “Resulta amparada por el BIC del Camino de Santiago desde el año 1993 en que se amplió el perímetro de protección del mismo, y forma parte del entorno de otros dos Bienes de Interés Cultural, el de la propia iglesia de Santa María del Mercado declarado el año 1973 y el del conjunto histórico artístico del interior del recinto amurallado de la ciudad de León, que data de 1962”, explican.

Polémico resultado 'playero'

El resultado de las obra en la Plaza del Grano han generado una gran polémica ya que lo que se puede ver dista mucho de lo que vendían la concejala de Urbanismo, Ana Franco, y el arquitecto responsable del diseño, Ramón Cañas.

La amplia presencia de arena debido a un fallo en la composición de la tierra provocó que se denominara 'Playa del Grano' al resultado de la obra, hasta el punto que el Consistorio retiró a mano cientos de kilos de arena para mejorar su aspecto, criticado hasta por partidos que apoyaron la obra como Ciudadanos o UPL.

El famoso 'verdín' que adornaba la plaza y salía de forma natural nunca más se ha vuelto a ver, pese a los empeño municipales en que crezca hierba regando incluso toda la plaza de forma frecuente.

Las deficiencias de la obra provocan que hasta algunas piedras ya se hayan soltado y las protestas por el resultado de la inversión municipal se han seguido sucediendo en los últimos meses con diferentes acciones reivindicativas, como una demostración de cómo se tenía que haber hecho el empedrado con base de tierra.

Con las obras hechas ahora queda por saber si la Justicia ampara las denuncias de los colectivos que se opusieron a la reforma y la vieja Plaza del Grano gana una última batalla, aunque sea simbólica.

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