6D- La agenda constitucional de la 'Generacion Z'

Carlos S. Campillo / ICAL Patricia Carrancio, Premio Extraordinario de Bachillerato 2017-2018 en el IES Padre Isla de León

Ical

“Por primera vez se logró un auténtico consenso sobre qué tipo de país queríamos ser, dejando de lado nuestras diferencias y centrándonos en un pacto para las próximas generaciones”. Con esta claridad, a prueba de enrevesados análisis, describe la complejidad de la Transición un jóven de 18 años rebosante de ilusión por la música, estudiante en el Conservatorio Superior de Madrid y premio extraordinario de Bachillerato en Soria el año pasado. Guillermo Alemán forma parte de una generación que valora el impulso de cambio, modernidad y consenso que supone la Carta Magna y que tiene también su propia agenda de reformas para ponerla al día.

La Agencia Ical ha hablado sobre la cuestión con algunos de los premios extraordinarios de Bachillerato de la Comunidad. Son chicos y chicas de 18 años con un poso de reflexión que muchas veces no se les reconoce y, sobre todo, con ideas claras y sentido común sobre lo que significa la Constitución y sobre lo que quieren que sea en el futuro, reforzando su vertiente social y garantizando de forma más efectiva la igualdad de todos los ciudadanos. No obstante, existe acuerdo en que supuso “un enorme avance frente a la dictadura en muy poco tiempo”, en palabras del burgalés Javier Ruiz, quien asegura que el texto constitucional “ha permidio los 40 años de mayor libertad y progreso de España”. “Nací en el año 2000 en un país absolutamente democrático y a la vanguardia del mundo, todo ello gracias a la Constitución”, remarca Guillermo Alemán.

Existe coincidencia en ubicar la Carta Magna como el pilar fundamental del Estado democrática y el que le da “una estabilidad duradera en el tiempo”, según indica Juan José Muela de León.

Con más o menos matices, uno de los valores que más destacan es su interés por que sea, de verdad, una norma que iguale a todos los españoles. “Es la norma que todos los ciudadanos debemos tener como referencia, tanto a nivel individual como colectivo”, explica Antonio Tabanera, de Segovia. “Es la norma principal que regula la organización social y la convivencia en España. Aunque lo más importante de nuestro país somos nosotros, las personas, creo que es muy necesaria e influye más de lo que parece en nuestra vida”, remarca Araceli Segarra, de Valladolid.

Consenso

El otro gran valor constitucional para estos jóvenes es el del consenso. “Los actores sociales de este país y la sociedad en si misma hicieron un enorme ejercicio de consenso”, explica José Féliix Velasco, quien habla de poner en valor la Carta Magna como “una conquista de una sociedad ansiosa de democracia”. “En mi opinión, la Carta Magna no es un arma arrojadiza que los políticos puedan usar para ganar votos, tampoco es un muro infranqueable que deba limitar el desarrollo de una sociedad moderna y diversa al retrasar su reforma y actualización; la Constitución no es solo la norma suprema del ordenamiento jurídico, es el compendio de valores fundamentales que rigen nuestra sociedad como la igualdad, la libertad o el pluralismo”, sostiene.

Pero estos jóvenes también tienen los pies en el suelo. Rodrigo Martín, de Valladolid, reconoce que, pese a los esfuerzos docentes, la Carta Magna es “una gran desconocida” para su generación y que aunque “se supone” que debería representar a todos los ciudadanos, la experiencia le hace pensar “lo contrario”. “Representa para mi la línea que nadie puede evitar, sin importar su poder o influencia”, concluye. En esa idea coincide Patricia Carrancio, de Salamanca, cuandos señala que “la mayoría de la población lo ve como demasiado lejano y con lo que no se sienten identificados o representados, a pesar de que debería unirnos en vez de separarnos”.

Algunos, como José Félix Velasco, de Valladolid, son conscientes de la “situación de extrema excepcionalidad” en que fue redactada, “tras el final de una dictadura sangrienta y como parte de una transición democrática”. También Rodrigo Martín dice que está “desactualizada y anclada en el contexto histórico de su nacimiento”. Alejandro Matías Villar de Benavente Zamora, creen que este contexto provoca que el texto hoy en día esté “desfasado”. “Se hicieron algunas cosas que no tiene mucho sentido seguir manteniendo en la actualidad”, señala.

Reformas

Por ello, existe coincidencia en la necesidad de reformarla. “No sólo puede ser reformada sino que debe serlo para garantizar su validez y evitar que se convierta en una vieja ley anquilosada en unos valores que la sociedad ya no comparta”, dice José Félix Velasco.

El listado de cuestiones para revisar es ámplio y va desde la propia Jefatura del Estado a la puesta en práctica de los derechos fundamentales, pasando por la revisión del sistema territorial. Asi, para Antonio Tabanera, lo más importante es “que la Educación y la Sanidad fuesen iguales para todos los españoles y que su prestación no dependa del lugar donde habitan” ya que constatan diferencias entre territorios. Alejandro Matías también cree que “el tema de las autonomías se llevó al límite” y el resultado es que encuentra diferencias entre las comunidades. “Algo que me toca muy de cerca como estudiante, el hecho de que haya un exámen de selectividad distinto según la comunidad hace que los estudiantes de unas lo tengan mucho más difícil para acceder a las mismas carreras”, explica.

La preocupación por lograr un sistema educativo igualitario está también presente en Juan José Muela, quien pide medidas para disminuir las desigualdades sociales y económicas entre los españoles. También Araceli Segarra cree que habría que asegurar “la igualdad real en derechos (lengua, prestaciones sociales y educación” para todos los ciudadanos con independencia de donde vivan. La jóven vallisoletana propone también introducir la amabilidad como uno de los valores constitucionales, “que falta nos hace”.

Territorio y nuevos derechos

En el ámbito territorial, Julia Jiménez encuentra “conveniente” eliminar “la duplicidad administrativa” entre el Estado y las Comunidades y “atender a cuestiones que fortalezcan el sistema democrático efectivo”, entre las que citan la garantía de la separación de poderes o el refuerzo de los derechos y libertades de los ciudadanos.

Juan José Muela plantea clarificar “más rigidamente” las competencias del Estado y los entes territoriales y Antonio Tabanera propone replantearse el papel del Senado.

La preocupación por la igualdad y la libertad es evidente: “En un mundo cada vez más desigual y que está experimentando serias amenazas en materia de valores democráticos, es urgente que la Constitución blinde de manera más eficaz libertades, derechos sociales y garantías universales”, dice José Félix Velasco. Guillermo Alemán llama la atención sobre la necesidad de introducir o reforzar en ella cuesiones relacionadas con los derechos de la mujer, el colectivo LGTBI, el medio ambiente o el mundo digital. En este ámbito puede incluirse también el planteamiento de Antonio Tabanera de acabar con los aforamientos políticos para que todos los ciudadanos tengan “los mismos derechos y obligaciones”. Araceli Segarra propone también “blindar la vida del no nacido”.

Monarquía o República

Otra de las reformas pendiente para estos jóvenes es la que se refiere a la Jefatura del Estado. “Antes de la dictadura, hubo una república elegida democráticamente y creo que se debería haber propuesto un referéndum o cualquier otra medida para que el pueblo pudiera elegir la forma de Estado que quería. Iba a ser una constitución democrática y no me parece muy democrático elegir la forma de Estado que quería un dictador”, explcia Alejandro Matías. También Javier García tiene claro que propondría una consulta sobre la forma del Estado.

El burgalés también pone el acento en la reforma del sistema electoral “para que todos los votos valieran lo mismo”. Coincide con Araceli Segarra, para quien habría que “facilitar el Gobierno de la mayoría con un sistema electoral donde todos los votos valgan lo mismo en cualquier sitio de España”. Patricia Carrancio va más allá y reclama el derecho al voto “para cualquier posible reforma, un voto directo y no a través de los políticos, una necesidad que se ve reflejada en situaciones insostenibles como Cataluña y los refugiados”, sostiene.

En definitiva, un completo catálogo para acercar la Constitución al siglo XXI a los ojos de estos alumnos brillantes de Castilla y León mediante una reforma que, en palabras de Juan José Muela, “debe trascender a los meros intereses políticos y buscar un consenso más profundo”.

Los estudiantes que obtuvieron el Premio Extraordinario de Bachillerato el pasado curso 2017-2018 en distintos puntos de la Comunidad han respondido a dos cuestiones relativas al cuadragésimo aniversario de la Carta Magna:

1.-¿Qué representa para ti la Constitución de 1978?

2.-Sobre una posible reforma, ¿qué aspectos crees que deberían incluirse?

Patricia Carrancio Salán. IES Padre Isla de León. Estudia Biotecnología en la Universidad de Salamanca.

1.- Es algo de lo que todo el mundo habla a la ligera pero que a la vez muy pocas personas se han tomado la molestia de conocer o leer. También es algo que se ve por la mayoría de la población como demasiado lejano y con lo que no se sienten identificados o representados a pesar de que debería unirnos en vez de separarnos.

2.- Una posible reforma es necesaria ante la evidencia de una sociedad completamente distinta a la de hace 40 años que debería servir para adaptar las leyes al pueblo, ya que los poderes están muy distanciados de los ciudadanos impidiendo el cumplimiento de su función, la de representarnos. Yo reclamaría el derecho al voto para cualquier posible reforma, un voto directo y no a través de nuestros políticos, una necesidad que se ve reflejada en situaciones insostenibles como Cataluña o los refugiados.

Juan José Muela Cascallana. IES Lancia (León). Aún tiene 17 años y estudia un doble grado de Matemáticas y Física en la Universidad Complutense de Madrid.

1.- Se trata de un pilar fundamental que sostiene al sistema democrático actual del país, otorgándole una estabilidad duradera en el tiempo y que evita que España se encuentre sumida en una serie de pugnas políticas que no conducirían en ningún caso a algo positivo.

2.- Hay que ser extremadamente cautos, ya que una acción así sería legislativamente costosa, prácticamente irreversible y afectaría a los cimientos de la democracia actual española. En el caso de producirse, debe trascender a los meros intereses políticos y buscar un consenso más profundo entre la ciudadanía española, de manera que sea en pos del interés común. Entre los aspectos modificables, habría que revisar la organización territorial, de manera que se regulen más rígidamente y sin dar lugar a interpretaciones las competencias en las diferentes materias del Estado y las instituciones territoriales. También que permitiera disminuir ciertas desigualdades económicas y sociales e incluir la necesidad de un sistema educativo de calidad.

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