Feve no dispone ni de trenes ni de normativa para poder volver al centro de León siete años después

Estación de la antigua FEVE en León.

C.J. Domínguez

Ahora hace justo siete años el histórico tren de Feve entró, sin saberlo, en vía semi-muerta. Tal día como ayer de 2011 se clausuró su céntrica estación de Matallana en la capital leonesa para iniciar unas obras de integración del ferrocarril de vía estrecha en León que tenían un plazo de ejecución de 18 meses e iba a cambiar la traza de barrios enteros como San Mamés.

84 meses después, los viajeros del ferrocarril de un vía estrecha al que los retrasos premeditados y la incertidumbre constante han reducido a menos del 50%, ahora que Feve como tal ya ni existe -porque se ha integrado en Renfe-, la obra que en total se cifró en 24 millones de euros está prácticamente ejecutada. Pero aquellos mismos viajeros tienen que seguir montando en el centro de León en un autobús de Alsa, igual que para regresar, porque los trenes siguen sin pasar del barrio de La Asunción.

Y lo peor no es eso, porque no hay forma humana de conocer fecha alguna para que todo vuelva a ser como en 2011. A día de hoy, según han confirmado oficialmente fuentes de la propia Renfe a ILEÓN esta misma semana, por no haber no hay trenes para cubrir esta línea. Pero tampoco se han dado pasos adelante en estos siete años para que el tramo sea declarado operativo para la circulación y cuente con todas las bendiciones legales, que son complejas y numerosas.

Ni un trámite normativo

En concreto, además de no existir máquinas ni vagones con la operatividad tranviaria que se necesita terminada la reforma de este tramo, ni siquiera se ha adscrito la nueva infraestructura a la Red Ferroviaria de Interés General (RFIG) del Estado, paso previo imprescindible para retornar a la normalidad, o en su defecto dejar la línea en manos de la Junta de Castilla y León o el propio Ayuntamiento leonés.

Este limbo es posible porque el Gobierno del PP de Rajoy decidió en 2015 expulsar al tramo urbano de 2,3 kilómetros de la Red de Interés General, no contento con haber dejado el proyecto inicial de más de 75 millones en apenas once, argumentando que la crisis hacía inviable el megalómano proyecto de cuatro líneas de tranvía en la capital.

Tampoco desde el Ministerio de Fomento en todo este dilatado tiempo se ha procedido a la homologación de la línea y la aprobación por la Agencia Estatal de Seguridad Ferroviaria, y tampoco el marco normativo de prestación de los servicios que habrá de pasar a tener la línea. Se trata en todos los casos de trámites complejos de los que no consta, tampoco al nuevo Gobierno socialista, que se haya iniciado nada. Algo que ILEÓN no ha podido conocer porque el Ministerio de Fomento no ha contestado a ninguna pregunta en estos sentidos.

La maraña de juicios por el contrato de los trenes

La situación más grave, y que dilatará en el tiempo sin plazo posible de averiguar, es la falta de trenes para los viajeros, muchos de la Montaña Oriental, para los que resulta imprescindible esta línea de la antigua Feve en su conexión con ñla capital leonesa.

Y es que desde 2013 hasta ahora, se ha judicializado de manera interminable la fabricación y compra de los convoyes necesarios. Todo porque al contrato inicial a la empresa Vossloh España (hoy llamada Stadler Rail Valencia) de cuatro tren-tram (es decir, tranvías) que el entonces gobierno de Zapatero, que formalizó el leonés Ángel Villalba como presidente de Feve, se le sumaron otros contratos por ampliación, negociados y sin publicidad, para 48 unidades en total, que elevaron el coste final de 16 a 62,3 millones. Un incremento brutal del 1.150% en el número de unidades y de cuatro veces más en cuanto al precio público a pagar.

El Gobierno popular anuló aquellos contratos en 2013 y nadie explica si ni siquiera se llegaron a fabricar, porque Stadler Rail Valencia no ha respondido tampoco a este medio al respecto. Lo que sí hizo la compañía es denunciar en la Audiencia Nacional la resolución de ese contrato, algo que ganaron en dos sentencias emitidas en 2015 al menos estimando el juez su demanda.

Sin embargo, el Ejecutivo insistió en no vincularse a aquel contrato y el 1 de marzo de 2017 el Ministerio de Fomento volvió a declararlo nulo. La nueva ofensiva judicial de la empresa esta vez no triunfó y la misma sala de la Audiencia Nacional desestimó esta vez sus pretensiones, dejando sin efecto alguno el compromiso de fabricación de las máquinas. Ni Fomento ni la empresa Stadler Rail Valencia han confirmado si continúa litigando o alguna de las parte ha asumido que jamás se construirán los tren-tram (trenes tranvía) que la línea de León necesita en su tramo urbano.

Nuevos compromisos socialistas, sin fecha

Lo que sí han transmitido el Ministerio y Renfe a la delegada del Gobierno en Castilla y León, Virginia Barcones, en una reunión este mismo lunes es que las obras de integración de la antigua Feve se encuentran “prácticamente terminadas”, aunque no servirá de casi nada porque al mismo tiempo admiten que ahora se necesita la elaboración de una reglamentación “muy precisa”, en especial por razones de seguridad, reglamentación que el PP no abordó en estos siete años.

Lo único que han anunciado es que “mientras esta regulación se tramita, se trabajará en la adquisición de trenes-tranvía”, es decir, que ha de comenzar de nuevo todo el largo proceso administrativo para fabricarlos, traerlos a León y ponerlos en servicio.

Renfe admite que hay sólo un 58% de los interventores necesarios

Por otro lado, el presidente de Renfe, Isaías Táboas, anunció que se nombrará “urgentemente” un jefe de línea ya que en la actualidad se cuenta con “un 58 por ciento de los interventores que precisaríamos”. Una más de las interminables listas de quejas de los usuarios y trabajadores de esta maltratada línea.

Eso sí, ni para la adquisición de los tranvías ferroviarios para León ni para completar la compleja tramitación legal pendiente ni tampoco para las mejoras puntuales del servicio el nuevo Gobierno ha dado fecha de plazo alguna. Y todo indica que la suma de todo lo mucho que queda puede dilatar aún meses, si no años, en el tiempo una definitiva reapertura completa de la histórica e imprescindible línea férrea leonesa.

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