Estar en Babia y a remojo

Peio García / Ical. Nuevas piscinas municipales.

Miriam Badiola/ Ical

A más de mil metros de altura, en pleno corazón de la montaña leonesa, ahí donde los refranes toman sentido, se encuentra el parque natural de Babia y Luna, un remanso de paz y naturaleza que permite a cuantos lo visitan abstraerse del ruido del día a día. Ahora, gracias a la iniciativa de la localidad de San Emiliano de Babia, también podrán darse un chapuzón en su recién inaugurada piscina municipal, la primera con la que cuenta el parque natural.

Con el pico de Peña Ubiña como testigo, los habitantes y visitantes de la localidad pueden disfrutar desde esta misma semana de un espacio de baño compuesto por dos piscinas, una para adultos y otra jóvenes, que ha supuesto una inversión de 150.000 euros, de los que la Junta de Castilla y León aportó 100.000 y el Ayuntamiento de San Emiliano los 50.000 restantes.

Una piscina que además de una apuesta por fomentar el turismo y el descanso en la localidad, también propone un sistema novedoso y sostenible, ya que la colocación de placas solares y la creación de un depósito de 4.000 litros conectado a la depuradora permita aumentar la temperatura ambiente del agua unos seis o siete grados, logrando obtener una temperatura media de 25 grados en el agua.

De esta manera, tanto quienes se deciden por veranear en Babia como los propios babianos pueden refrescar su verano a remojo sin tener que viajar hasta las localidades de Villaseca o La Magdalena -las más cercanas con piscina-, y disfrutar de un día en familia con un coste de entre un euro y 1,50 para niños y adultos, respectivamente.

El pedáneo de San Emiliano, el socialista Tino Rodríguez asegura que con la apertura de esta piscina se pretende convertirla en “un complemento importante para el turismo”, para ofrecer así un paquete completo en cualquier época del año, de manera que “en verano los turistas pueden tener piscina y en invierno tener raquetas de nieve”.

Además, según apunta Tino, la piscina ha generado dos empleos locales con dos socorristas de la propia zona y sostenible, mientras que tanto el puesto de taquilla como el resto servicios de mantenimiento se suplen a través de empleados municipales, sufragados con ayudas de la Diputación de León y las ayudas a Municipios Mineros.

Revulsivo para la zona

La piscina se perfila como una nueva opción turística para una zona que cuenta ya con desafíos deportivos de alta montaña, rutas con raquetas de nieve, alquileres de bicicletas y un helipuerto que permite agilizar los rescates en montaña y la atención sanitaria en caso de emergencias.

Con todo ello se persigue el objetivo de “darle un futuro a la zona”, tanto para los habitantes que se quedan en los pueblos como a los emprendedores que se deciden a montar negocios turísticos y a los que se dedican a la ganadería.

En definitiva, se trata de un intento de “buscar formulas de asentamiento”, en una localidad en la que, tal y como destacó Tino Rodríguez, por primera vez en muchos años “se va a abrir una guardería en septiembre con diez niños”.

Pequeños pasos que permiten que San Emiliano de Babia tenga expectativas de futuro, para “convertirse en cabecera del Parque Natural” gracias a dos sectores importantes y claves en la zona, como son el turismo y la ganadería, especialmente la dedicada al caballo hispano-bretón, que “tienen vinculación entre ellos”, como señala Rodríguez.

Para el pedáneo de la localidad el polo ganadero que supone el hispano-bretón hace que “mucha gente joven se vuelva al pueblo para tirar del ganado”, gracias a “su cuna, sus pastos, su calidad y su precio que deja un rendimiento importante”, pero también por su atracción de turismo, ya sea con la celebración de la Feria del Hispano-bretón el día 26 de agosto, que este mismo año ha sido declarada Fiesta de Interés Turístico Provincial, o con las jornadas gastronómicas que se desarrollan en el mes de noviembre.

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