Nuevos casos de bullying en León ponen en evidencia los protocolos de Educación

Foto: Pixabay

M.C.

Temor a ir al baño, cambios notorios en los hábitos alimentarios, crisis de llantos sin explicación, sensibilidad extrema, dificultad en la integración a grupos de iguales, negación de asistir o permanecer en la escuela, tendencia a aislarse, manifestaciones autoagresivas de distinto tipo, malestares físicos constantes, manera de pedir socorro para salir de colegio, deserción escolar, cambios de vestimenta o de aspecto, dificultades para concentrarse en las tareas escolares, descenso del rendimiento escolar y cambios bruscos en su estado de ánimo.

Esta serie de afirmaciones son indicadores generales del acoso escolar. Y todos y cada uno de ellos son ataques, causas y consecuencias que a día de hoy algunos niños sufren en el silencio del miedo en las aulas. Así lo han denunciado un grupo de madres del Colegio Virgen Blanca de la capital leonesa (conocido como La Filial), que exigen respuestas a la Consejería de Educación y piden ayuda y concienciación social para solucionar este grave problema que, según aseguran, persiste desde hace años en el mismo centro educativo.

En concreto, Isabel reconoce esta conducta en su hija de 10 años, una niña víctima de bullying, que desde hace al menos tres años es sujeto de discriminación y de apodos, y que también sufre burlas, insultos, groserías, golpes, gritos y empujones.

Pero Isabel no se ha quedado de brazos cruzados, al contrario. Desde el primer curso de Primaria, al detectar que algo no iba bien con su hija, comenzó a pedir reuniones con los profesores, que le argumentaban que “eran cosas de niños” y que “la separación de sus padres le había provocado una mayor sensibilidad”. Pero nunca le dieron una solución.

Este año, tal y como relata Isabel, las cosas fueron todavía más lejos y su hija sufrió una humillación pública por parte de su tutora. “La niña llegó a casa en estado lamentable. Le dio una crisis muy fuerte de ansiedad y la llevé a la pediatra, que era conocedora de todo lo que estaba pasando”, recuerda la madre, que recibió un justificante por parte de la doctora para que la menor no acudiese a clase. “Con ese justificante me presenté a la inspección de Educación de León, para contar lo sucedido. Mientras la pediatra empezó a mover hilos para que la viera un psiquiatra porque consideraba que estaba entrando en una depresión”, añade Isabel.

Esta situación, con la ausencia escolar de la pequeña, provoca una reunión en el colegio para tratar de dar soluciones y que la menor pueda volver a retomar las clases. En la reunión, a la que también acude un mediador familiar, Isabel acepta que se cambie de grupo a su hija para mejorar el problema. Al mediador le piden consejo y colaboración para implantar un programa antibullying en el colegio, algo que pone en evidencia que son conscientes de que existe tal acoso escolar, según explican el mediador familiar y la madre de la niña afectada.

Las madres denuncian el ánimo de la Consejería de Educación de ocultar los casos de bullying para conseguir 'más rápido' el cambio de centro del menor

Isabel y Javier, el mediador contratado, aseguran que el de esta niña no se trata de un caso aislado, incluso mantienen contacto con madres de otros niños que han pasado por el mismo colegio de su hija, también por la misma tutora, sufriendo problemas similares. “Algunos no llegaron a denunciar, pero sí sacaron del colegio a sus hijos porque no tenían otra manera de solucionarlo. También hay quienes sí que han denunciado”, declara Isabel, que pidió la solicitud de cambio para este año, recibiendo como respuesta una negativa.

Si desparece la causa real de la solicitud, desaparece también la prueba de que hay bullying en el colegio

“La inspectora me dijo que si ponía en la solicitud que era por acoso escolar no me lo concederían, pero yo lo puse”, expone Isabel, que asegura que se vio condicionada por la inspectora de turno a poner otros motivos, como por 'incompatibilidad de horarios por trabajo', o por 'traslados', porque sino “bloqueaban a la niña porque volvían a activar el protocolo, y no la dejarían salir hasta que estuviese resuelto”, tal y como asegura Isabel. Así, sin cambiar el motivo, la solicitud de cambio de centro por acoso escolar le fue denegada dos días más tarde de presentarla, en concreto el pasado 10 de mayo.

Lo grave de esta manera que denuncian las madres, y que se vende como una solución de agilizar el trámite de cambio de colegio es que si desparece la causa real de la solicitud, desaparece también la prueba de que hay bullying en el colegio, no consta en ningún sitio.

Aunque existen campañas contra la violencia, veamos anuncios y actividades que tratan de paliar esta lacra social, la realidad es muy distinta. La hija de Isabel actualmente se encuentra bajo tratamiento psiquiátrico, y toma ansiolíticos con sólo 10 años.

Tratando de conseguir más fuerza bajo la unión, una serie de padres presentaron al director una carta pidiendo respuestas ante los casos de bullying que se sufrían en el colegio y una pronta solución. Pero desde la dirección se ha negado que exista ningún tipo de acoso y, tal y como han detallado la madre y el mediador, la orientadora que informa del protocolo activado “asegura que no hay acoso y que la alumna se encuentra muy bien”, confiesa Isabel. “Hay que pararlo para no ser cómplice del bullying. Hay que buscar soluciones”, sentencia.

Pero, ¿los profesores no detectan nada?

Ante estos hechos, ileon.com se ha puesto en contacto con la dirección del centro en cuestión, manteniendo una conversación telefónica con el director del Colegio Virgen Blanca, quién asegura que “el caso está sobreseído”, “que se activó el protocolo reglamentario a seguir en este tipo de casos” y que “no existe ningún acoso escolar” en el centro, ni con esta niña en particular ni con otros alumnos.

El director, que insiste en que se ha cumplido el protocolo de la Junta de Inspección de Educación, reconoce que Isabel ha ido en varias ocasiones a hablar con los profesores, presentando también un certificado médico en el que los profesionales aconsejaban que la niña dejase de acudir a clase, pero los profesores no han detectado bullying. El director, que insiste en que trabaja porque vuelva la normalización a su colegio, también ha explicado que como medida se produjo un cambio de grupo de la niña, al que la madre accedió, y con el que la niña “estaba contenta”.

Isabel, que ha declarado haber sido amenazada de verse inmersa en un plan de absentismo escolar, también busca la normalización de la situación de su hija y ha solicitado al Procurador del Común ayuda con el cambio de colegio, explicando en la carta siempre los motivos reales.

“Quiero que mi hija empiece a recuperar su vida. Me siento muy frustrada como madre. Veo que mi hija que es la víctima, está en casa con un tratamiento, no hace vida normal, y los que se lo han hecho siguen su rutina. Es el mundo al revés”, se desahoga.

Al ver que en Inspección me cerraban las puertas matriculé a mi hija en un nuevo colegio

Isabel está convencida de llegar hasta los tribunales: “Cada 'tranxilium' de mi hija se va a demostrar. Voy a ir hasta el final, no creo que gente así tenga que estar educando a niños. A mi hija ya se lo han hecho, pero viene mucha gente detrás, no es justo”.

“Quiero que me expliquen en un juzgado por qué la orientadora ha informado de que no hay acoso escolar. Que el director diga por qué no ha hecho nada cuando yo he ido todos los años a decir qué estaba pasando, por qué no se me ha ayudado”, añade la madre.

En septiembre, Isabel y su hija verán la luz en un nuevo colegio de León, en el que la inscribió cuando comenzaron los plazos de matrícula, pero la madre no quiere que con esto se pierda su lucha. “Las posibles secuelas, son graves para mi hija”, apunta, quien insiste en que no se trata de una venganza personal. “¿Cómo voy a eliminar esos traumas? ¿Quién me lo garantiza?”, se pregunta desconsolada.

Fuentes oficiales de la Dirección Provincial de Educación, aseguran que se está haciendo el seguimiento oportuno, según el protocolo de actuación que marca la orden EDU 1071/2017, y que no se evidencian signos de acoso.

Las mismas fuentes también han declarado que “la DPE ha tratado de reunirse con la madre del alumno en cuestión y no se ha presentado a la cita”.

Etiquetas
stats