Cuatro años del asesinato de Isabel Carrasco: un caso 'cerrado' del que nadie quiere acordarse

Imágenes de jóvenes de Montserrat González e Isabel Carrasco en la serie 'Muerte en León'.

Antonio Vega

Cuatro años han pasado ya del asesinato a tiros en plena calle de Isabel Carrasco, la persona por entonces más poderosa de León en su calidad de presidenta de la Diputación de León y del Partido Popular provincial, que gobernaba las principales instituciones. El 12 de mayo de 2014 tres disparos con un revólver por encima de la pasarela peatonal que cruza el río Bernesga acabaron con su vida.

Según las sentencias dictadas Montserrat González fue la asesina material, pero para el crimen necesitó de la acción necesaria de su hija Triana Martínez y de una amiga de esta, la policía local Raquel Gago. Las condenas han sido de 22, 20 y 14 años de prisión.

El caso ha quedado cerrado para siempre recientemente desde el punto de vista judicial al rechazar el Tribunal Europeo de Derechos Humanos la revisión de la condena de Raquel Gago, y haberlo hecho previamente con madre e hija. Finaliza así el proceso pese a las dudas que sobre la investigación del asesinato levantó la serie documental 'Muerte en León', que desveló con pruebas que ni la Policía ni el Juzgado investigaron a la persona con quien más contacto mantenía por teléfono Triana Martínez, incluso el día del asesinato, y que ocupa un cargo de asesor en Presidencia de la Junta de Castilla y León. Esta revelación periodística ni siquiera ha contado con una pequeña revisión oficial de las actuaciones realizadas, pese a las dudas que han generado sobre el caso.

Como ya ocurrió el año pasado, tercer aniversario, ni un triste homenaje tendrá lugar para la polémica figura de Isabel Carrasco. Apenas hubo una misa en el primero y luego pequeños recuerdos en la Diputación con flores debajo del cuadro que recuerda que ella fue la 'mandamás' del Palacio de los Guzmanes. Flores que también de forma anónima se han colocado estos años en el lugar donde su cuerpo fue abatido. Pero institucionalmente hablar de olvido es quedarse corto para definirlo.

El caso Carrasco nos ha dejado estos años dos libros sobre el asesinato, una serie documental, un mediático juicio y la curiosidad de los turistas por saber el lugar donde la mataron, que todavía preguntan con cierta asiduidad. Pero públicamente el recuerdo de su poder es únicamente el cuadro en la galería de presidentes, que recordemos puso ella misma sin haber finalizado su mandato y saltándose la tradición de colocar el de su antecesor. Así era ella.

Políticamente en el PP mandan sus 'enemigos' internos, y el carrasquismo se mantiene reconvertido en un potente grupo de presión interno en el Partido Popular de León, pactando el reparto de poder con el actual grupo al mando encabezado por Juan Martínez Majo, Antonio Silván y los suyos. El recuerdo interno a Carrasco se ha limitado estos años a menciones a su figura en los diversos congresos provincial, autonómico y nacional.

Pero los 'poscarrasquistas' no se han disuelto, aunque no cuenten con un líder omnipotente como era Isabel Carrasco. Presentaron batalla, y ganaron poder, en las disputas por las juntas comarcales del PP y están rearmados para dar la guerra en las listas de las próximas elecciones, amenazando con dejar fuera incluso a algún alcalde en ejercicio de destacadas localidades. Aliados con el actual presidente del PP de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, su poder real se verá en las configuraciones de las listas municipales y autonómicas, con un partido a la baja ante el empuje de otras opciones políticas.

Por todo esto, aunque pasen muchos años y pese al silencio institucional, cada 12 de mayo casi cualquier leonés puede recordar cómo y dónde se enteró del asesinato de Isabel Carrasco. La memoria colectiva no olvida tán fácilmente hechos tan significativos.

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