El último viaje del tren Correo de la MSP cumple 40 años en los que las cuencas mineras han experimentado un gran cambio

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El próximo domingo 10 de mayo se cumplen 40 años desde el último viaje del tren Correo de la MSP, 40 años en los que las cuencas mineras de Fabero-Sil y Laciana han cambiado tanto que ya ni se extrae carbón en ellas.

El ferrocarril fue la columna vertebral del Valle del Sil, inspirada por esa empresa supletoria del Estado que era la MSP, a la que le rendían tributo el resto de empresas mineras que intentaban hacerse un hueco en estas cuencas, y que como símbolo máximo del patrimonio industrial de estas comarcas no debemos permitir que caiga en el olvido.

Desde el fin de la actividad de Coto Minero Cantábrico se han dado los pasos fundamentales para poner este ferrocarril en manos del territorio y poder utilizarlo turísticamente, sin perder la puesta en valor de lo que constituye como patrimonio histórico industrial. Sin embargo, el proceso administrativa va camino de evitar que sea un producto novedoso en nuestro ámbito geográfico más cercano. En las líneas portuguesas del Vouga y el Tua ya están funcionando o a punto de hacerlo, incluso con trenes de vapor, y eso es fundamental para atraer público internacional.

Si bien en un principio parecía que la administración autonómica estaba decidida a que el único ferrocarril de su competencia pudiera prestar un servicio de desarrollo territorial, nos encontramos con demasiados años de parálisis en el departamento de Fomento de la Junta de Castilla y León; que está consiguiendo que este ferrocarril que tuvo la mayor celeridad en su tramitación administrativa y en su construcción al final de la década de 1910, tenga el récord en lentitud en el mismo proceso y sólo para cambiar de gestor. Todo indica que al representante de la Junta de Castilla y León no le interesa poner en manos del territorio este ferrocarril.

Sería absurdo no negar los grandes pasos dados en 2019, como la puesta en funcionamiento por la empresa ARMF de los talleres del ferrocarril en Villablino, y la creación de varios puestos de trabajo en el Valle de Laciana; pero cada mes que pasa es letal para un ferrocarril, que necesita actividad para evitar el deterioro del abandono, y más si cabe en una coyuntura de negro presagio económico post pandemia.

Las administraciones del territorio deben de implicarse más y ser más combativas con la Junta de Castilla y León para lograr la cesión del ferrocarril y poder trabajar en ofrecer una oferta turística real en este castigado Valle, y el ferrocarril y el patrimonio minero es lo que nos hace singulares. La Asociación Cultural Ferroviaria Berciana, como miembro asesor permanente de un Consorcio creado para la consecución de estos objetivos, seguirá apoyando el proyecto, si cabe con un mayor impulso en su área de actuación, que es la de dar ideas, aconsejar, promover y apoyar.

No solo con iniciativas que surjan de su masa social, sino haciendo partícipe a la población en general, beneficiaria del proyecto en la triple vertiente social, económica y cultural. 10 de mayo de esperanza, con los mejores deseos para un Ponfeblino histórico y turístico y como generador de actividad industrial en el Valle del Sil.

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